En los últimos años, las dietas para desintoxicarse son más famosas y afloran en redes sociales y sitios web. Sin embargo, no tienen respaldo científico que las valide y despiertan muchas polémicas entre los especialistas.
Este tipo de dietas evitan ingerir alimentos con muchas calorías y suelen incluir jugos líquidos de determinadas frutas y verduras o eliminar el gluten y los lácteos durante varios días. Los especialistas afirman que mantener este tipo de alimentación durante varios días o semanas puede ser perjudicial para la salud.
Lo cierto es que, nuestro cuerpo ya posee un sistema natural de desintoxicación compuesto por el hígado y los riñones que eliminan las sustancias nocivas o que el cuerpo no necesita.
Las dietas "detox" o desintoxicantes prometen resultados rápidos y efectivos, pero la realidad es que si cambiamos nuestros hábitos alimenticios y llevamos una dieta más equilibrada y saludable compuesta por frutas, verduras y alimentos sanos, podemos obtener mejores resultados.
Además, debemos combinar esto con una buena hidratación y realizar ejercicio regularmente.
Mitos más comunes
Algunos de los mitos más comunes sobre este tipo de dietas, incluyen promesas vinculadas a que estas las dietas detox eliminan todas las toxinas del cuerpo, mientras que no hay evidencia científica que respalde que una dieta específica pueda "limpiar" el organismo de forma mágica. Otro aspecto nos indica que los productos detox hacen perder peso rápidamente, mientras que la pérdida de peso es temporal y se debe principalmente a la pérdida de agua y masa muscular, no a la reducción de grasa corporal, por lo que no sería algo eficiente.
Un mito que suele circular es que las dietas detox curan enfermedades, pero ningún programa detox puede curar enfermedades; una alimentación saludable puede prevenir problemas de salud, pero no curarlos.
Y, por último, estas dietas nos indican que la desintoxicación es segura, donde debemos tener mucho cuidado porque las dietas restrictivas pueden ser peligrosas, especialmente para personas con condiciones de salud específicas.
En lugar de buscar soluciones mágicas, es importante consultar a especialistas de la salud y enfocarse en adoptar un estilo de vida saludable y sostenible a largo plazo. Esto no solo puede mejorar la salud física, sino también el bienestar mental y emocional.