

El envejecimiento trae consigo múltiples cambios físicos, y uno de los más curiosos es el aparente crecimiento de la nariz y las orejas a lo largo de la vida. Mientras que la mayoría de los órganos alcanzan su tamaño definitivo en la juventud, estas estructuras continúan desarrollándose con el tiempo.
Según investigaciones médicas, este fenómeno se debe a la degradación del cartílago y la pérdida de elasticidad de la piel, lo que provoca que la punta de la nariz y los lóbulos de las orejas se alarguen y parezcan más grandes.
¿Por qué crecen la nariz y las orejas con la edad?
El cartílago, un tejido presente en varias partes del cuerpo, tiende a debilitarse con los años. La disminución del colágeno y la acción de la gravedad hacen que estas estructuras pierdan firmeza y se estiren. Además, el envejecimiento provoca una reabsorción ósea en el rostro, reduciendo el soporte de la nariz y acentuando su aparente agrandamiento.

Especialistas de Face Clinic explicaron que los huesos y cartílagos nasales no crecen realmente, pero la piel pierde firmeza, lo que genera la percepción de una nariz más grande. En el caso de las orejas, el alargamiento y adelgazamiento de los lóbulos se debe a la pérdida de elasticidad y al efecto de la gravedad.
¿A qué edad comienza el cambio?
De acuerdo con expertos, las orejas y la nariz alcanzan su tamaño definitivo alrededor de los 10 años. Sin embargo, los cambios en el cartílago y la piel empiezan a manifestarse entre los 30 y los 40 años, haciéndose más evidentes después de los 60.

¿Afecta por igual a hombres y mujeres?
Estudios científicos han analizado este fenómeno durante décadas. En 1993, el doctor James Heathcote y su equipo midieron las orejas de 206 personas mayores de 30 años y determinaron que crecían, en promedio, 0,22 milímetros por año.
Investigaciones posteriores en Italia confirmaron que el crecimiento ocurre tanto en hombres como en mujeres, aunque el efecto suele ser más pronunciado en los hombres.

Este curioso cambio anatómico es una consecuencia natural del envejecimiento y no representa un problema de salud, aunque puede generar interés en tratamientos estéticos para quienes deseen contrarrestar sus efectos. (Infobae)