A medida que avanza el verano y aumentan las exposiciones al aire libre, también crece el riesgo de sufrir una insolación si no se toman las precauciones adecuadas. Es una afección provocada por la exposición prolongada al sol en altas temperaturas. Suele ocurrir junto con la deshidratación, lo que interrumpe los mecanismos del cuerpo para regular su temperatura.
Este trastorno puede convertirse en una forma grave de enfermedad relacionada con el calor y, si no se trata a tiempo, puede poner en peligro la vida. Las principales causas de insolación incluyen:
Exposición prolongada al sol: La insolación es común cuando se pasa demasiado tiempo bajo la luz solar directa, lo que eleva la temperatura corporal por encima de los 40 grados, un límite peligroso para el organismo.
Ejercicio intenso en climas cálidos: Realizar actividad física en ambientes calurosos puede acelerar el aumento de la temperatura corporal.
Deshidratación: La falta de agua en el cuerpo dificulta la transpiración, un mecanismo crucial para liberar el calor.
Ropa inadecuada: Usar prendas que impiden la transpiración o la circulación del aire favorece el sobrecalentamiento.
Ambientes sin ventilación: Permanecer en espacios cerrados y calurosos, como autos o habitaciones mal ventiladas, puede provocar insolación incluso sin exposición directa al sol.
¿Qué es la insolación y cuáles son sus síntomas?
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la insolación es un trastorno que ocurre cuando el cuerpo no puede regular su temperatura y esta sigue aumentando hasta superar los 40 grados.
Una forma de insolación puede producirse sin esfuerzo físico, simplemente por estar en un ambiente caluroso que eleva la temperatura corporal central. Esto sucede especialmente después de estar expuesto a un clima cálido y húmedo durante períodos prolongados, y afecta con mayor frecuencia a adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Entre los síntomas más comunes de la insolación se encuentran:
Piel caliente y seca Mareos Confusión Dolor de cabeza Ritmo cardíaco acelerado Náuseas Pérdida de conciencia Daño a órganos internos en casos graves
Prevención de la insolación
Para evitar la insolación, el Ministerio de Salud de la Nación de Argentina recomienda evitar la exposición directa al sol en las horas de mayor temperatura (de 10 a 16 horas), especialmente en el caso de bebés y niños pequeños. Además, es fundamental usar protección solar, mantenerse bien hidratado y consumir agua segura con frecuencia.
Tratamiento de la insolación
El organismo no puede realizar su mecanismo de sudoración para reducir la temperatura corporal cuando se sufre de insolación. Según la doctora Luz Rodeles, médica especialista en medicina interna, en un video de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Litoral, es importante aclarar que el mito de que un vaso de agua en la cabeza puede curar la insolación no tiene base científica.
Rodeles explicó que no existe un mecanismo fisiológico relacionado con esta práctica. La mejor prevención es beber agua segura cuando las temperaturas son altas. Si ya se presentan síntomas de insolación, lo más adecuado es consultar a un médico de inmediato.
El médico Ramiro Heredia, especialista en medicina interna del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires, detalló cómo se debe tratar a una persona con insolación. "Si la persona muestra síntomas como disminución de la conciencia, estupor o convulsiones, es fundamental llamar a emergencias. Además, se debe retirar el exceso de ropa, mojar a la persona con agua y, si está consciente, permitir que beba agua fría lentamente. Debe ser llevada a un lugar más fresco o con aire acondicionado hasta que sea atendida por un profesional de salud", precisó Heredia. (Con información de Infobae)
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