Paraná Este martes

Abrazo al complejo del túnel: jubilado se sumó y destacó su rol con las escuelas

“La función que cumplía era muy impresionante con relación a las escuelas carenciadas de las dos provincias que venían", aseguró Jorge Padilla, un ex trabajador del Túnel Subfluvial, a Elonce.
El Complejo Social del Túnel Subfluvial cuenta con una capacidad de alojamiento de 60 plazas, edificios complementarios para la administración, servicio médico, servicios generales, un salón comedor con capacidad para 150 personas y áreas recreativas. Además de una sala de proyecciones. El mismo está ubicado dentro del predio del ente que las ciudades de Paraná y Santa Fe.

Sin embargo, el viernes 3 de mayo se conoció que directivos del Túnel Subfluvial analicen la posibilidad de concesionar el Complejo Social. A raíz de dicha medida, desde la Unión del Personal del Túnel (UPTH) convocaron a un abrazo simbólico para este martes.
En ese sentido, Elonce dialogó con Jorge Padilla, ex trabajador del Túnel Subfluvial, quien manifestó: “Hace 12 años que me jubile. Al Túnel lo conozco desde muy chico porque, cuando era chico, mi padre tenía un almacén donde, por una compulsa pública, los alemanes eligieron el café que preparaba mi padre, el cual era importado de Brasil, y yo venía hasta el obrador. Primero fui a las oficinas que estaban en Colón y Salta, luego a donde se encuentra hoy el Colegio de Farmacéuticos, en el cual llevaba artículos de limpieza y, principalmente, el café, azúcar y té que consumían los alemanes”.

Con respecto al trabajo de los alemanes, sostuvo: “Ellos dirigían las obras junto con ingenieros argentinos como Vega, quien fue el patrón hasta después de haber sido inaugurado. Luego, a través del tiempo, me recibí de electricista e ingresé a los 10 años de haber sido inaugurado como ayudante de electricista en el Túnel”.
Al ser consultado por lo que descubrió de la obra, indicó: “Lo principal fue el adelanto tecnológico que estaba instalado en el Túnel, el cual no se veía en esos momentos en la Escuela Industrial que nosotros estudiábamos. El Túnel fue alineado con rayo láser en esos momentos, donde se introdujo esa tecnología. Fue mi jefe, compañero y el que mucho me enseñó, el encargado de la isla flotante, quien la manejó durante toda la obra y después la entregó cuando la vendieron. El Túnel se surtió de una cantidad de empleados de muy buena calidad, que era envidia de los alemanes donde había personal que estuvo en Atucha y fue convocado por el ingeniero Vega para que estuviesen en el Túnel, otros fueron a Rusia a las represas de ríos de llanuras a trabajar, así que había un selecto personal técnico de primer nivel”.

“La movilización parecía todo como un gran hormiguero de gente que trabajaba, era algo fabuloso ver el dique seco, que es lo que está debajo del agua donde están los yates hoy. Había mil personas trabajando, cada una en su función y sin rezongar, recuerdo que algunos comían en su almuerzo, un pan con tomate y cebolla”, expresó.
En cuanto al complejo social, señaló: “La función que cumplía era muy impresionante con relación a las escuelas carenciadas de las dos provincias que venían. En un principio, tenía comedor, donde asistían instituciones educativas muy precarias en lo económico, que a lo mejor tenían para pagar el transporte, entonces se le daba alojamiento, la comida y conocían la capital provincial de Santa Fe y la de Entre Ríos, así como sus alrededores. También recorrían el Túnel, donde quedaban maravillados. Eran chicos del campo, quienes se veían muy complacientes en conocer lo que era esta semejante obra”.

Asimismo, comentó que “trabajé 31 años, entré como ayudante de electricista, después como oficial y terminé mi gestión como jefe de departamento en sala de controles del Túnel”.
Acerca del significado del Túnel, contó: “Es muy agradable, lo cual a veces emociona porque conocí muchas cosas, como la emergencia, donde había gente que trabajaba de manera desinteresada y personas que vivían en Santa Fe quienes, como estaba cortado el puente por los derrumbes que ocurrieron en los aliviadores, se venían en lancha y se alojaban acá durante toda la semana y se iban el sábado y domingo para ver a su familia”.

“Fue en la emergencia del ’83 y ’84, vimos el sacrificio que hicieron varias gestiones en juntar dinero para hacer las coberturas y protecciones que correspondían al Túnel que, cuando baja el río, se suelen ver”, agregó.
Con respecto a su jubilación, mencionó: “Cuando me jubilé, estuve con un estado depresivo muy profundo porque extrañaba mucho, no solo el Túnel, sino el grupo de trabajo que estaba conmigo, el cual era muy unido y que conocía las funciones, desde el peaje al área técnica”.

Por último, destacó: “Hoy estoy apoyando a los compañeros que fueron reemplazándonos y creo que, antes de concesionar o privatizar el Complejo, debería cobrársele al Club Náutico un canon importante porque es una infraestructura muy grande”. (Elonce)

NOTICIAS DESTACADAS