Por el Día del Niño -fecha que se celebra cada tercer domingo de agosto- muchos chicos recibirán regalos. Sin embargo, muchos otros viven una dura realidad en una Argentina, donde el recibir un obsequio para conmemorar la importancia de la niñez y el juego parece muy lejano.
De acuerdo a un informe realizado por el Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral, liderado por la investigadora María Sol González, más del 60% de los niños menores de 4 años crecen en condiciones habitacionales precarias, con escaso acceso a la educación y la salud.
En el marco de la fecha conmemorativa, es importante hacer foco en los desafíos que afrontan los niños que viven en sectores de vulnerabilidad y en la necesidad de políticas públicas que apunten a mitigar la problemática.
Los principales puntos críticos se encuentran en la educación, la salud y el hábitat, aunque también son importantes la estimulación que reciben durante los primeros años y los métodos de disciplina con los que crecen.
La realidad que viven los chicos en relación con la educación
Según el informe titulado "Primera Infancia en Argentina: Un análisis multidimensional de desafíos y oportunidades”, más de un tercio de los niños entre 3 y 4 años nunca asistió a un establecimiento educativo formal.
Para comprender más sobre el problema que implica este número, Ámbito consultó con la licenciada en Psicopedagogía. María Gimena Chelini, quien trabaja en el Equipo de Orientación Escolar (E.O.E) de dos escuelas, como Orientadora de los Aprendizajes (O.A).
Según la especialista, la ausencia de los niños en los establecimientos de educación inicial es una realidad. “Muchas veces algunas familias no le dan la importancia que deberían darle a la educación de los niños. Olvidando que es obligatorio realizar nivel inicial y garantizarles el derecho a la educación".
Sobre los motivos de esto explicó que las familias inscriben a los niños en establecimientos educativos, pero luego no pueden sostener la regularidad, convirtiendo al chico en un estudiante ausentista o con asistencia discontinua a clases. Las razones de esta situación son el no poder solventar los gastos en útiles y materiales necesarios o porque sus padres no están alfabetizados o no han finalizado sus estudios.
En esa misma línea, la especialista puntualizó en los desafíos que deben enfrentar los niños que no transitan el nivel inicial y sostuvo que las dificultades por lo general se encuentran “a la hora de adquirir nuevos contenidos pedagógicos o realizar las actividades propuestas”.
Chelini mencionó el rol de las familias como algo fundamental para garantizar el derecho a la educación de sus hijos. Generalmente, el círculo cercano suele naturalizar la ausencia a clases de los niños y luego se convierte en una situación difícil de revertir. De esta manera: "Aquel niño o niña que tuvo una asistencia discontinua en el nivel inicial, es probable que también lo tenga en los demás niveles".
Por estos motivos, la psicopedagoga recalca la importancia de trabajar con las familias con el fin de poder identificar y abordar la situación de la deserción o ausentismo escolar. Además, es fundamental brindarles "recursos y propuestas que favorezcan el vínculo en pos de favorecer, acompañar y garantizar la trayectoria educativa de los estudiantes".
El acceso a servicios de salud, otro de los desafíos que enfrentan los niños en Argentina
Para atender las necesidades básicas de la primera infancia, existe un sistema de salud insuficiente. El informe indica que la mitad de los niños de entre 0 y 4 años depende exclusivamente del sector público para su atención médica y que casi 1 de cada 10 no asistió a una consulta médica.
Además, entre los motivos se destaca que el 61,1% de los padres no llevaron a sus hijos a los controles porque no lo consideran necesario. María Clara Malacalza, perito psicóloga que trabaja en el equipo técnico del Juzgado de Familia N°2 del Departamento Judicial de Zárate Campana, dialogó con este medio y explicó que en la actualidad "las personas a cargo de niños no poseen acceso eficiente a la salud tampoco para sí mismos como usuarios del sistema".
Al mismo tiempo, señaló que, por parte de los padres, también "hay poca instrucción para utilizar los espacios de salud", algo que resulta un requisito obligatorio y que se convierte en una "vulneración de un derecho" al no tener los controles necesarios.
En cuanto a las políticas públicas necesarias para empezar a cambiar esta problemática, Malacalza sostuvo que "hay escasos recursos puestos en acceso a terapias de salud mental como psicología, psiquiatría infantil como otras terapias de estimulación temprana y en el desarrollo del niño". Por esa razón, es necesario una psicoeducación en pautas de crianza y orientación a los padres tanto a nivel nacional como provincial y municipal.
Las preocupantes condiciones habitacionales en las que crecen los niños
Las condiciones de vivienda en las que crecen los niños cumplen un papel fundamental en el desarrollo integral de la primera infancia. Tal y como indica el informe de la Universidad Austral, "casi 3 de cada 10 niños viven en hogares con materiales precarios en techos o pisos, y 2 de cada 10 lo hacen en condiciones de hacinamiento".
Además, más del 60% de los niños no tienen acceso a alguno de los servicios básicos como agua, gas o desagües cloacales, lo que compromete su salud y desarrollo integral. Paula Porrez, licenciada en Psicología, explicó a Ámbito cómo influye esto en la calidad de vida de los chicos.
"Vivir en hogares con materiales precarios influye en la calidad de vida y puede ocasionar problemas de salud, por ejemplo, observo que viviendas con paredes sin revocar que producen humedad generan broncoespasmos y problemas respiratorios en niños con predisposición; en cambio, vivir en condiciones de hacinamiento afecta a la salud mental y disminuye las oportunidades de estimulación".
Estimulación y métodos de disciplina
Las condiciones de vivienda se relacionan con la estimulación y métodos de disciplina que reciben los niños durante sus primeros años de vida. Porrez hizo referencia a esto y explicó que el hacinamiento influye en la estimulación por múltiples razones: "Desde afectar la privacidad de los mayores exponiendo a los menores a ver y escuchar cosas que no deberían, hasta no tener el espacio necesario para su desarrollo psicomotor".
En tanto, María Clara Malacalza indicó que, en situación de aglutinamiento y hacinamiento, se puede observar que los niños resultan "víctimas de manera directa o indirecta de problemas de violencia de sus familiares convivientes". Según el estudio, las formas de disciplinar a los niños y niñas se evalúan mediante cuatro indicadores: métodos no violentos, agresiones verbales, castigo físico y castigo físico severo.
Los datos obtenidos de la investigación, revelaron lo siguiente:
-casi 8 de cada 10 niños (79,1%) entre 1 y 4 años experimenta disciplina no violenta
-4 de cada 10 niños (43,2%) recibieron alguna vez agresiones verbales.
-3 de cada 10 (34,4%) experimentaron castigos físicos.
-casi 1 de cada 10 (7,4%) sufrió castigo físico severo.
Los resultados reflejan que la mayoría de los niños reciben formas positivas de disciplina, aunque aún existe una proporción que atraviesan métodos que pueden ser dañinos. Sobre esto, Paula Porrez sostiene que es de suma importancia "educar desde la palabra" y establecer reglas que, al transgredirlas, no impliquen castigos físicos ni agresión verbal.
Llevar a cabo estas prácticas "crea las condiciones para el desarrollo de un individuo sano, con valoración propia y capacidad de resolver los problemas o desacuerdos de manera pacífica, dialogando. De lo contrario, estamos generando niños con problemas emocionales varios como puede ser baja autoestima, miedos o mucha ansiedad, con dificultad para confiar en el otro, que reaccionan con agresividad e impulsividad ante cualquier situación conflictiva".
Como una de las posibles soluciones a esta problemática, la psicóloga mencionó como punto de partida que los progenitores puedan acceder a contención e información acerca de las etapas del desarrollo, tanto para comprenderlas como para tener herramientas para estimular a sus hijos. "Esto se puede hacer desde las salitas en los barrios brindando charlas a las familias, a través del pediatra y las maestras de inicial, abarcando desde la nutrición hasta el desarrollo físico y emocional", afirmó.
Y agregó que otro punto importante es extender la licencia por maternidad que favorece la creación del vínculo entre madre e hijo.
Desarrollo infantil: la necesidad de implementar políticas públicas integrales
Teniendo en cuenta lo aportado por las expertas y los resultados que arrojó la investigación del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la universidad, queda expuesta la necesidad de implementar políticas públicas integrales para mejorar las condiciones en las que crecen los niños en Argentina.
"Mejorar las condiciones de vivienda, ampliar el acceso a la educación temprana, fortalecer los servicios de salud preventiva, promover la estimulación y la lectura en el hogar, y educar a las familias sobre métodos de crianza positivos", son los puntos que se mencionan en el informe como fundamentales para garantizar un desarrollo óptimo en la primera infancia.