Un niño de siete años fue arrastrado por la corriente en el Sauzal de Echeverría, en la provincia de Corrientes, mientras disfrutaba de unas vacaciones en familia.
El pasado jueves, Mateo Fernández, llegó junto a su familia a la zona del Sauzal de Echeverría, en la provincia de Corrientes, para disfrutar de unos días de descanso. Sin embargo, lo que comenzó como una jornada de pesca en el río Paraná terminó en tragedia.
Mateo, quien se encontraba junto a sus primos en la orilla del río, vio cómo su mojarrero caía al agua. Al intentar recuperarlo, fue arrastrado por la fuerte corriente y desapareció de la vista de su familia.
Su padre, Ezequiel Fernández, quien regresaba al campamento con su hermano tras comprar provisiones, recibió el angustiante llamado de auxilio. Al llegar al lugar, Ezequiel intentó buscar a su hijo en el río, pero su falta de habilidad para nadar limitó sus esfuerzos, logrando avanzar solo hasta donde sentía el fondo. En ese momento, se arriesgó a ahogarse él mismo. En ese sentido, amigos pescadores de Posadas y Corrientes ofrecieron su ayuda para realizar las tareas de búsqueda, sin embargo, se encontraron con la negativa de las autoridades locales, quienes, según la familia, dificultaron su colaboración.
El rol de los pescadores
"Varios pescadores nos dijeron que debíamos tirar una red rápidamente, pero los de Prefectura Naval no nos dejaron", comentó Ezequiel Fernández con el rostro marcado por la frustración. La familia también denunció demoras en el inicio de la operación de búsqueda. "Un comisario no dejó que nuestros amigos de Posadas y Virasoro nos ayudaran, sin darnos ningún motivo", agregó. Según los familiares, los esfuerzos de los pescadores locales y amigos de la familia fueron cruciales para rastrear a Mateo.
A la crítica por la negativa a permitir la participación de los pescadores, se sumó la falta de señalización en la zona. Según los residentes locales, la zona carece de carteles de advertencia sobre los peligros que representa el río Paraná, como los arenales donde ocurrió la tragedia.
El hallazgo del cuerpo y el dolor de la familia
Tras 48 horas de búsqueda incansable, el cuerpo de Mateo fue finalmente encontrado por un pescador local.
El cuerpo estaba a unos cinco kilómetros del lugar donde desapareció, lo que dejó claro la magnitud de la corriente del río.
La familia, aunque aliviada de haber encontrado los restos de Mateo, ahora enfrenta el dolor indescriptible de perder a un ser querido en circunstancias tan trágicas. (Con información de El Territorio)