Una tragedia ocurrió este lunes en San Miguel de Tucumán, cuando por la mañana, un nene de 10 años recibió un disparo en la cabeza en circunstancias poco claras y murió horas después. El pequeño ingresó al Hospital de Niños Jesús en grave estado, pero no lograron salvarle la vida. Murió por la tarde. Fueron detenidas dos personas por el hecho y el amiguito de la víctima será clave en la investigación.
Ocurrió en el barrio 130 Viviendas, del noreste de la capital provincial. El niño, cuya identidad aún no trascendió, se levantó a las 9 de la mañana, y un rato después fue a jugar a la casa de un vecino. No se sabe cómo exactamente, pero recibió un disparo en la cabeza.
Por el hecho, el fiscal Pedro Gallo, quien investiga el caso, ordenó la aprehensión de dos jóvenes.
Disparo en la casa
Cerca de las 9, G.J.J. se encontraba jugando con un amigo en la vereda del barrio. De pronto, los vecinos escucharon dos disparos. Cuando salieron a la calle para ver qué había ocurrido, descubrieron al pequeño tirado y con hilo de sangre recorriendo su cabeza.
El niño fue trasladado agonizando al hospital Avellaneda y de ahí fue llevado al de Niños, donde terminó falleciendo horas después.
Con la llegada de la Policía todo comenzó a aclararse. Los uniformados acordonaron el área y esperaron la llegada de los peritos, donde encontraron un indicio que fue clave. Observaron un rastro de pequeñas manchas de sangre que llevaba al interior del domicilio de Cassasola. Al ingresar confirmaron que el menor había sido herido en la cocina-comedor de la vivienda, publicó Tucumán a las 7.
Minutos después, los pesquisas establecieron que en el lugar, en el momento de los disparos, habría estado Matías “El Ojoroso” Barrionuevo (19) y un niño. Gallo ordenó la aprehensión de los dos mayores y medidas de protección para el pequeño. Cuando esté en condiciones, mediante una entrevista en Cámara Gessell contará todo lo que pudo ver.