Un hombre fue víctima de un violento asalto piraña en Gregorio de Laferrere. El hecho ocurrió el martes a las 16, mientras Ángel esperaba dentro de su vehículo frente a un centro médico, donde planeaba retirar unos estudios cardiológicos. De un segundo a otro, la calma se interrumpió cuando seis delincuentes lo rodearon, lo golpearon brutalmente y escaparon con su auto. Según relató la víctima a la policía, la escena fue tan rápida como violenta: “No tuve tiempo de reaccionar que ya los tenía encima”.
Ángel, quien toma once pastillas al día por problemas cardíacos, había decidido mudarse hace cuatro años y medio a Virrey del Pino, buscando escapar de la inseguridad que sentía en la localidad matancera. Este asalto le demostró que la violencia sigue siendo una constante en la zona.
Los atacantes se movieron con aparente tranquilidad por la zona antes de abordarlo, según indicaron fuentes policiales a LA NACION. Parecían estar caminando de manera despreocupada hasta que, de repente, giraron hacia el auto de Ángel, quien no tuvo oportunidad de reaccionar. Tres de ellos lo abordaron desde el interior del vehículo, mientras otros dos se encargaban de bloquear cualquier intento de escape desde el exterior.
Durante el asalto, la violencia fue desmedida. Uno de los delincuentes golpeó a Ángel con un arma de fuego, mientras otro le mordía la muñeca, inmovilizándolo por completo. En cuestión de segundos, lo sacaron del auto a la fuerza y, ya en el suelo, continuaron golpeándolo sin pausa. La situación solo terminó cuando un vecino activó una alarma que simulaba el sonido de una sirena policial, lo que provocó que los atacantes huyeran con el vehículo de Ángel a toda velocidad. Desde el suelo, él alcanzo a ver cómo se alejaban unas dos cuadras, mientras el impacto del ataque aún resonaba en su cuerpo.
La zona del ataque es conocida por su alta inseguridad, y el propio Ángel ha sido víctima de múltiples episodios de violencia. En otra ocasión, él y su esposa fueron atacados a balazos cuando se dirigían a trabajar a las cinco de la mañana. “Los delincuentes son dueños de la calle”, se lamentó.
El miedo es un sentimiento compartido entre los vecinos de Laferrere. Javier Luna, quien vive a pocas cuadras del lugar del asalto, explicó a LA NACION: “Esto ya es cotidiano. Si no te asaltan en la calle, entran a tu casa. Todos vivimos con miedo”. Según él, la zona se volvió “tierra de nadie” y las alarmas comunitarias son la única herramienta que tienen para disuadir a los delincuentes.
Mariela Ramos, otra vecina, relató que en la última semana hubo al menos tres robos similares en la misma cuadra. “Acá nadie sale después de las seis de la tarde. No hay patrulleros, no hay nada. Los ladrones hacen lo que quieren y saben que no los van a detener”, sostuvo.
Otro vecino, Pedro Villalba, mencionó que los delitos van en aumento y cada vez son más violentos. “Antes te robaban y se iban. Ahora te golpean, te lastiman. Lo que le hicieron a Ángel es lo que nos puede pasar a cualquiera”, comentó preocupado.
Fuentes policiales indicaron que la investigación para identificar a los responsables del asalto está en curso, pero hasta el momento no hay detenidos. Según datos recabados por este medio, Laferrere se encuentra entre las localidades con mayor cantidad de denuncias por robos violentos en el partido de La Matanza.
Los vecinos aseguran que la presencia policial es casi nula en la zona, lo que contribuye al clima de inseguridad. Juan Carlos Moreno, dueño de un comercio cercano, señaló que la falta de patrullajes facilita el accionar de los delincuentes. “Acá la policía pasa una vez cada tanto. Cuando les pedimos ayuda, nos dicen que no tienen móviles o que no hay personal disponible”, denunció.
El caso de Ángel no es aislado. Muchos vecinos relataron que han sido víctimas de asaltos similares en los últimos meses. Algunos incluso organizaron reuniones barriales para discutir posibles medidas de seguridad, como la instalación de más alarmas comunitarias o cámaras de vigilancia. (La Nación)