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Policiales Descubierto en ruta de Entre Ríos

Exsoldado ucraniano que viajaba escondido en baúl: absolvieron a los acusados

Absolvieron al dueño de una armería en Santa Fe y al correntino a quien pertenecía el auto, en cuyo baúl iba escondido el ucraniano, Viktor Melnyk. En 2020, el extranjero fue descubierto por un control policial en ruta de Entre Ríos.

5 de Junio de 2024

El 3 de septiembre de 2020, el exsoldado ucraniano, Viktor Melnyk, un hombre de 1,90 metros y unos 130 kilos, fue descubierto cuando viajaba, escondido en el baúl de un Chevrolet Corsa, por una ruta de Entre Ríos, en pleno aislamiento por la pandemia de Coronavirus.

 

 

 

El juez Roberto López Arango dio a conocer la sentencia del juicio en el que se acusaba a los santafesinos, Juan Manuel Clucellas y Raúl Sopérez, quienes fueron acusados de “coautoría de tráfico ilegal de personas, en la modalidad de facilitación de permanencia ilegal de personas en el país, art 117 de la Ley Nº2581”.

El magistrado dictó la absolución para ambos, al considerar que no se configuró el delito en el hecho investigado.

 

 

Los policías de Paso Telégrafo en Entre Ríos descubrieron al ex soldado ucraniano Viktor Melnyk dentro del baúl de un Corsa.

 

Lo que habían solicitado

 

Los fiscales federales José Candioti y Juan Podhainy, habían solicitado para el acusado Raúl Sopérez, la pena de cuatro años de prisión efectiva. Mientras que, para Juan Manuel Clucellas, pidieron tres años y dos meses de prisión efectiva, confirmó Elonce.

Por su parte, la defensa de quien manejaba el Chevrolet con el ucraniano en el baúl, había solicitado que Clucellas sea absuelto y en forma subsidiaria, había pedido una pena menor y de cumplimiento condicional.

En tanto, el abogado defensor del dueño del Chevrolet en el que llevaban al ucraniano, el correntino Sopérez (ya condenado a 8 años de prisión), solicitó que su representado sea absuelto.

 

 

 

 

El juez Roberto López Arango.

 

Los empresarios absueltos

 

Ambos empresarios, llegaron a juicio, luego que el 3 de septiembre de 2020 (durante la pandemia), en un operativo policial de control sobre la Ruta Nº12, en el puesto caminero de Paso Telégrafo, los uniformados detectaran que, al ex soldado ucraniano, Víctor Melnik, escondido en el baúl de un Chevrolet Corsa, que era conducido por Clucellas y pertenecía a Sopérez.

El destino de Viktor Melnyk, antes de ser descubierto en un control de la Policía de Entre Ríos, era Rosario y hacia esa ciudad santafesina, se dirigía el dueño de la armería con el ucraniano en el baúl.

 

El caso tomó relevancia cuando se supo que Juan Manuel Clucellas, era el dueño de la armería más importante de Santa Fe y quien había sido demorado cuando llevaba al ucraniano en el baúl del auto del empresario Raúl Sopérez, quien era dueño del Chevrolet Corsa y del complejo de cabañas Don Quico, en Corrientes, donde en octubre de 2020 se secuestraron, por orden del juzgado federal Nº2 de San Martín, provincia de Buenos Aires, 400 kilos de marihuana y varias armas, entre ellas un subfusil calibre .22 réplica de un AK-74, una versión más moderna del clásico Kalashnikov AK-47.

 

 

Secuestro de casi una tonelada de marihuana en dos procedimientos relacionados, en Itá Ibaté, Corrientes; uno de ellos, en el complejo de cabañas Don Quico, perteneciente a Sopérez. Foto: (Ministerio de Seguridad)

 

Juicio por tráfico de personas

 

En el juicio, la Fiscalía mantuvo la acusación por el delito de facilitación de la permanencia ilegal de extranjeros en el territorio de la República Argentina, con el fin de obtener directa o indirectamente un beneficio.

Las defensas habían solicitado la absolución al esgrimir las versiones de cada uno de los acusados, quienes habían argumentado historias opuestas.

El fallo del juez López Arango, en cambio, sostuvo que en toda la secuencia de sucesos en aquellos días no se configuró delito alguno.

 

 

El ex soldado ucraniano Viktor Melnyk no tenía pasaporte. Dijo que entró ilegal a la Argentina desde Paraguay. Contaba con una credencial de los Reales Tercios de España.

 

Detalles del fallo

 

En su decisión, el juez afirmó que “no se han acreditado los requisitos objetivos del tipo en cuestión en cuanto no se advierte que, con su conducta, Clucellas, hubiera facilitado la permanencia del ciudadano ucraniano en territorio argentino, solo lo ayudo a transitar el mismo por lo que mal se puede hablar de permanencia”, sostuvo en la resolución.

 

"En el plano subjetivo, tampoco se acredito a ciencia cierta que supiera de la ilegalidad de ingreso del mismo a territorio nacional, solo sabía que quería ocultarse de las autoridades por las restricciones impuestas en la pandemia, y su trabajo consistió en facilitarle ese ocultamiento", señala el juez.

 

"Tampoco se acreditó el elemento o plus del tipo consistente, en obtener un beneficio económico, porque el espíritu de la ley es proteger al inmigrante ilegal, de las conductas de quienes con habitualidad, realizan estas acciones reprimidas para explotar con ánimo de empresario a la víctima en las distintas modalidades de trata. En el caso solo hubo una contribución económica que el imputado catalogó como “propina” para llevarlo al lugar donde estaba por parir su compañera, soslayando los controles sanitarios del contexto", señala la resolución a la que accedió Análisis.

 

Absolución

 

Asimismo, López Arango afirmó que, "el tipo penal supone la existencia de un “traficante”, como sujeto activo que se dedica a facilitar el ingreso de extranjeros para ser explotados y un “traficado” víctima de la organización. La norma, no pretende punir hechos aislados como es el caso de autos", resaltó.

 

"Corresponde por ende la absolución de culpa y cargo de ambos imputados por cuanto las consideraciones antes expuestas deben extenderse para resolver respecto de la imputación de Sopérez. Lógica pura: si no es delito típico la conducta reprochada a Clucelllas, tampoco encuadra la del supuesto coautor o consorte de causa", concluye el fallo absolutorio.

 

 

 

Detalles del caso

 

“Luego de producidas diversas pruebas, se determinó que Clucellas y Sopérez facilitaron el ingreso ilegal al país de Viktor Melnyk y su posterior traslado clandestino, a cambio de una contraprestación económica”, señalaron.

Luego expusieron los diálogos que mantuvo el dueño de la armería, obtenidos del peritaje del teléfono de Clucellas, quien días antes del hecho señaló: “Tengo que traer a uno”, y que estaba “esperando que cruce alguien”.

Se sospechaba que esperaban a Melnyk, que cruzó ilegalmente desde Paraguay. También advirtió a su interlocutor, según el escrito de los fiscales, que “le pagaban mucho” por la tarea de trasladar al exsoldado ucraniano hasta Rosario.

 

La versión de la ruta

 

El tribunal unipersonal, a cargo del juez Roberto López Arango, avaló la postura de los fiscales y el juicio comenzó contra los dos acusados. Clucellas declaró y dijo algo inesperado. En su nueva declaración dio otra versión de la original. En un principio el vendedor de armas de Santa Fe, había dicho que llevaba al soldado en el baúl del auto porque lo había encontrado en la ruta haciendo dedo y había decidido levantarlo.

 

 

 

En esa historia, bastante desopilante, incluyó que le había pedido al exsoldado ucraniano que se metiera en el baúl para que no lo vieran los policías que hacían controles en Paso Telégrafo. Cuando los agentes efectivamente lo pararon, Clucellas les dijo que llevaba un ciervo, pero cuando abrieron el baúl se encontraron con el gigante ucraniano hecho un bollito.

 

Contradicción en sus dichos

 

En su nueva declaración, el dueño de la armería dijo que, en realidad, se había encontrado con Melnyk en Corrientes, en el complejo de Cabañas Don Quico, propiedad de Sóperez. Detalló que el ucraniano durmió en ese alojamiento. Es decir, se desdijo de su primera versión, ya no lo había levantado en la ruta cuando hacía dedo.

Pero el dueño de Don Quico, condenado a ocho años por narcotráfico, negó esa versión, porque él vive allí. Entonces, Clucellas dijo que, probablemente, Sóperez nunca vio al ucraniano.

 

 

El allanamiento en el complejo de cabañas.

 

Lo que dijo el exsoldado ucraniano

 

El propio Viktor Melnyk, cuando llegó a Rosario, tras estar demorado unos días en Entre Ríos, dio una versión disparatada que muchos creyeron. Era una historia de amor, que escondía la verdadera razón de su visita, que se sospecha tenía que ver con el narcotráfico.

 

Melnyk tenía pasaporte, fue encontrado días después en la guantera del auto, pero cuando lo atraparon solo cargaba un permiso de residencia otorgado en Málaga, España, que había vencido el 31 de julio. También llevaba un carnet de conducir de España que había vencido el 17 de enero de 2022 y una extraña identificación como “teniente” de los “Reales Tercios de España, fechada el 15 de marzo de 2019.

 

 

Viktor Melnyk cuando fue detenido en Paraguay.

 

La inverosímil “historia de amor”

 

Ante los medios rosarinos el ucraniano admitió haber entrado a la Argentina de manera ilegal desde Paraguay. Y aseguró, a su vez, que tenía domicilio en la avenida Francia, en Rosario, donde vivía su pareja, una joven rosarina. El argumento que dio a la Justicia es que había cruzado de manera ilegal para poder estar presente en el nacimiento de su hija.

Un medio local tituló en ese momento: “La increíble historia de amor del ucraniano que encontraron en el baúl de un empresario santafesino”.

 

“El primer culpable soy yo, solo quería ahorrar 30 minutos para llegar, porque eran muchos para mí”, explicó el exsoldado ucraniano, que dijo que era representante de la empresa española Mora Water System, que se dedica a la potabilización del agua y que quiere instalarse en la región. Todo era una farsa.

 

 

Efectivos de la SENAD de Paraguay detuvieron al exsoldado Viktor Melnyk, acusado de ser parte de una organización a la que le secuestraron 947 kilos de cocaína.

 

Detenido con una tonelada de cocaína

 

El extraño caso del exsoldado ucraniano, Viktor Melnyk, tuvo novedades en 2022, y la fantasiosa versión que había dado en Entre Ríos, comenzó a desenmascararse. Eso, ocurrió en Paraguay.

El exsoldado de elite ucraniano, fue detenido en Paraguay con un cargamento de 947 kilos de cocaína y se lo considera conectado con una organización que tendría aceitados contactos políticos en ese país.

 

Su historia quedó catalogada como algo inverosímil y extraño, y pasó a ser una noticia extravagante más, hasta que, en enero de 2022, la Secretaría de Narcotráfico (Senad) de Paraguay, lo detuvo en una estancia con 947 kilos de cocaína. La mansión era de su socio Fernando Enrique Balbuena, hijo del exdiputado guaraní Elvis Balbuena.

 

 

Secuestraron 947 kilos de cocaína.

 

Nexo con Europa

 

Según la imputación del Ministerio Público de Paraguay, a la que accedió La Nación, a Melnyk le decían “Ruso” y “Putín”, aunque su pareja admitió, en diálogo con este diario, que había sido “custodio de magnates de Moscú”.

“Este exsoldado ucraniano es un engranaje vital dentro de la organización porque, según las tareas de inteligencia criminal, es quien actuaría de nexo con los compradores de la droga en Europa”, afirmaron los investigadores en Paraguay.

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