La Investigación Penal Preparatoria (IPP) llegó a su final. Con los informes genéticos que habían sido remitidos al Cuerpo de Genética Forense de Entre Ríos, que llegaron a manos del Ministerio Público Fiscal a fines de abril, se estaría en condiciones de elevar a juicio una de las causas con mayor resonancia pública de los últimos meses en Gualeguaychú.
"Importantísimos avances", así había catalogado el abogado querellante, Alfredo Vitale, a los resultados obtenidos de los exámenes realizados en Paraná sobre los hisopados a la víctima, Estela Alberto, y al único sospechoso, Leandro Martínez.
Aunque no trascendió qué representaban puntualmente esos resultados, se informó de manera extraoficial que servían como argumento para llevar a juicio el caso de la mujer de 73 años que fue brutalmente abusada y asesinada en su domicilio.
Estela Alberto llegó a su hogar alrededor de las 3 del 25 de diciembre de 2014, luego de pasar la Nochebuena en la casa de su hermana. Cuando sus familiares regresaron a buscarla horas más tarde, ya nadie contestó a la puerta. Solicitaron la presencia de la Policía para ingresar al departamento. Entraron por una ventana y encontraron a la mujer tendida sobre la cama y descubrieron manchas de sangre sobre las sábanas.
La víctima fue llevada al Hospital, donde murió en las primeras horas de la mañana del 26 de diciembre. Tras la autopsia se determinó que la causal de la muerte se debió a un fuerte golpe en la sien. Pero lo más aberrante fue el descubrimiento (aunque ya se había constatado en su ingreso al Hospital) que había sido salvajemente abusada y que incluso se había utilizado un elemento contundente.
Hay un único sospechoso de ser el autor del atroz homicidio, el cual se encuentra actualmente con prisión preventiva, alojado en un centro para el tratamiento de adicciones en Concepción del Uruguay.
Martínez fue detenido en dos oportunidades en 48 horas. Fue aprehendido el lunes 29 de diciembre por la mañana, por tener supuestos vínculos con el crimen de Estela Alberto, aunque fue excarcelado al día siguiente por falta de pruebas en su contra, pero durante su libertad habría amenazado a una testigo de la causa y por ello se decidió su nueva detención el miércoles 31 por la tarde.
Esa nueva denuncia de la testigo, por supuestas amenazas, sirvió como pretexto fundamental para que el fiscal Lisandro Beherán solicitara la prisión preventiva por considerar que si recuperaba su libertad podría incidir en el avance de la investigación. El magistrado interviniente consideró que existía "riego procesal" y por ello ordenó la preventiva, que proseguirá hasta el inicio del juicio. (El Día)