Cinco personas fueron detenidas luego de allanamientos realizados el viernes en la zona oeste de Concordia, en el marco de una investigación que inició por una balacera y descubrió una trama de préstamos de narcos colombianos, quienes otorgaban microcréditos a consumidores de drogas y luego amedrentaban a tiros para cobrarles las deudas.
La pesquisa se originó luego de que dos sujetos de apellido Ayala balearan a una persona a comienzos del 2024. Las pruebas y datos recabados en la investigación permitieron llegar a la raíz del conflicto, el cual sería el cobro de créditos por parte de la familia Ayala, actuando como secuaces de ciudadanos de nacionalidad colombiana radicados en Concordia, a familias vulnerables de la zona oeste de Concordia.
“Lo primero que se puede establecer es que algunas personas de comunidad colombiana radicados en Concordia se dedican al préstamo de divisas a personas de la ciudad, quienes hacen pequeños créditos a elevados intereses a otros vecinos vulnerables de los barrios, incrementando rápidamente esta actividad ilegal”, comentó el comisario José María Rosatelli a Concordia Policiales, sobre la pesquisa que llevó adelante.
Asimismo, agregó que “de la investigación surge que diferentes ciudadanos de nacionalidad colombiana han acaparado la ciudad de Concordia haciendo créditos, pero ellos no salen a la calle a ofrecerlos sino que buscan personas, como los allanados de apellido Ayala, que tienen un poder de acción mediante las amenazas, amedrentamientos o el uso de armas de fuego, quienes son los encargados de dar los pequeños créditos”, es decir “montos de 2000, 3000 o 5000 pesos a personas de bajos recursos económicos, que utilizan el dinero para comprar comida, pagar pasajes de colectivos o en muchos casos comprar dosis de estupefacientes, las cuales las venden ellos mismos, siendo muchos de ellos menores de edad”.
Rosatelli remarcó que “las personas que no pagan en tiempo y forma el dinero prestado, sufren además de elevados intereses, diversos ataques y severas consecuencias, sumado a que nadie se anima a denunciarlos ya que les tienen mucho miedo”.
Tasa de usura
El clan Ayala-Miranda maneja un sector de la zona oeste de Concordia. Casi todos los implicados tienen antecedentes por portación de armas o narcomenudeo. Los colombianos les prestaban a ellos una suma de dinero con un 10% de interés semanal. Y los Ayala-Miranda prestaban pequeñas cantidades a otras personas, principalmente consumidores de drogas, que debían devolverles con un 30, 40 o 50 por ciento de interés.
Es decir, los colombianos les prestaban 500.000 pesos un lunes y pasaban el viernes a cobrar 550.000. Y la banda delictiva les prestaba a sus clientes de a 3.000, 4.000 o 5.000 pesos, quienes debían devolver mucho más. Así, los prestamistas iniciales se aseguraban el cobro que antes no podían resolver, y los narcos sumaban otra actividad a su negocio.
Los Ayala-Miranda viven en una esquina, y las siguientes viviendas linderas de la cuadra son sus puntos de venta de droga. Entonces, en la mayoría de los casos, los consumidores sacaban el préstamo y con ese dinero pasaban por el kiosco de narcomenudeo a comprar sus dosis. Adictos y endeudados, terminaban sufriendo las represalias, los aprietes y los tiroteos de la banda para que les paguen.
Allanamientos y cinco detenidos
En la investigación se reunieron evidencias de toda esta secuencia de actividades y delitos, y este viernes la Justicia autorizó una serie de allanamientos, que fueron llevados a cabo por todas las áreas de la Jefatura Departamental Concordia, como Criminalística, Investigaciones, Toxicología, las comisarías, entre otras. Incautaron aproximadamente un kilo de droga, entre cocaína y marihuana, una fuerte suma de dinero en efectivo, un revólver calibre 22, balas y anotaciones de los créditos, con nombres de a quienes les prestaban los montos y las deudas.
Cinco personas fueron detenidas, todos con antecedentes penales, hay dos prófugos y también están buscando a dos ciudadanos de nacionalidad colombiana, implicados en la trama inicial de los préstamos.
Además, se los busca para indagar el origen del dinero que ellos prestan: aducen la venta de muebles pero, en este caso, no se advirtió que tuvieran un negocio, local o actividad rentable como origen de los créditos, que desde el vamos son ilícitos. Los investigadores creen que se trata de lavado de activos provenientes de Colombia. En este sentido, no se descarta que la pesquisa tenga otras derivaciones siguiendo la ruta del dinero.