REDACCIÓN ELONCE
Un grupo de seis entrerrianos acaba de culminar una travesía impresionante: cruzaron el océano Atlántico a bordo de un velero llamado "El Nahual", partiendo desde las Islas Canarias y llegando a Martinica. La aventura, que comenzó como un sueño de juventud, se concretó gracias al esfuerzo conjunto de los navegantes, liderados por Andrés Bourdin, quien se encargó de la organización y motivación del equipo.
En conversación con los protagonistas, Adolfo Cislagui y Andrés Bourdin, relataron a Elonce cómo la travesía se gestó a lo largo de varios años, desde la idea inicial hasta los rigurosos preparativos previos al viaje. “Las ideas son fáciles, lo difícil es llevarlas a cabo. Andrés fue el motor que hizo posible este proyecto”, afirmó Adolfo, quien se sumó al desafío cuando el velero ya estaba en marcha.
Andrés, por su parte, detalló cómo comenzó el proceso: “El sueño de cruzar el Atlántico venía desde nuestros años de adolescentes. Pero no fue hasta hace un año y medio que logramos juntar al grupo y conseguir el velero”. Para ellos, el viaje comenzó con un detallado trabajo de preparación, que incluyó conocer el velero, aprender de expertos y ajustar los detalles para asegurar un cruce seguro. En noviembre, partieron de Lanzarote, y después de una etapa de aprendizaje, iniciaron el cruce hacia el Atlántico, que duró 16 días.
Uno de los momentos más emocionantes de la travesía fue el encuentro con un grupo de orcas, cuando estaban a unos 200 km de la costa africana. “Fue un momento inolvidable, las orcas pasaron debajo del barco. Fue algo que realmente nos impactó y nos dejó sin palabras”, recordó Adolfo.
El trayecto incluyó paradas en Tenerife, las Islas Canarias y Cabo Verde, donde realizaron reparaciones al velero antes de continuar hacia Martinica. “Estuvimos 16 días sin tocar tierra, una experiencia única que nos hizo sentir una conexión muy fuerte con el mar y con los compañeros de viaje”, contó Andrés. Además, destacó que, a pesar de los retos y los momentos difíciles, como los días sin viento que alargaron el trayecto, el viaje estuvo lleno de momentos de disfrute, especialmente cuando compartían anécdotas y pescaban juntos. “La pesca fue un momento clave, sacamos dorados, guajus y hasta un marlín, una experiencia que nos unió aún más”, agregó.
A lo largo de la travesía, la comunicación con las familias fue fundamental. Gracias a un sistema satelital Starlink, el equipo pudo mantenerse en contacto, enviando mensajes y fotos, lo que les permitió compartir la experiencia con sus seres queridos.
Al cierre del viaje, los navegantes reflexionaron sobre la importancia de trabajar en los sueños. “Cualquier proyecto es viable si uno le pone empeño y lo toma con seriedad. Esta travesía nos enseñó que el camino y el proceso de preparación son tan importantes como el destino final”, señalaron.
Los sueños de estos entrerrianos no cesan y piensan en nuevas aventuras, como explorar la costa brasileña o el Amazonas. “Fue una experiencia hermosa; esto no termina en el cruce, empieza en el cruce y vamos a seguir conociendo y llevando la bandera de Entre Ríos y el mate” hacia otros destinos. “Entrerrianos a la mar es un proyecto que no termina, continúa”. Elonce.com