REDACCIÓN ELONCE
Peregrinación de los Pueblos. Bajo el lema "Con María en oración, seamos misioneros de Jesús”, miles y miles de fieles caminan desde la ermita de Hasenkamp para recorrer, a pie, los 90 kilómetros que los conducirán hasta el Santuario de Schoenstatt, en la ciudad de Paraná. Elonce registra la gran muestra de fe, desde diferentes puntos del recorrido y refleja a través de testimonios e imágenes, el sentir de os caminantes.
Punto de descaso
Durante la peregrinación, los fieles encuentran puntos de apoyo en el camino. Distintas parroquias y la organización diponen carpas, puntos de hidratación y áreas para el descanso de los peregrinos. En el acceso a la localidad de Sauce Montrull, Elonce siguió conociendo los testimonios de Fe.
Una colaboradora expresó su alegría: "Los estamos recibiendo con agua fresca, almuerzo y una banana para ayudar con el potasio. Se ha incrementado la gente que participa, la fe mueve montañas". Gustavo, uno de los caminantes, compartió su experiencia: "Estamos cansados, pero con ganas de seguir. Lo hago por un pedido especial".
Desde Buenos Aires, una peregrina comentó: "Es la segunda vez que hago la peregrinación. Vine a agradecer, y me sorprendió la cantidad de gente". Otro participante agregó: "Fueron cuatro horas, pero el clima ayudó. Hace varios años que participo con un grupo de chicos. Es algo que todos deberían hacer al menos una vez".
Una colaboradora de la iglesia Nuestra Señora de la Merced explicó: "Somos de Cerrito y atendemos a los peregrinos en todas las paradas con jugo, café, tortas fritas y sándwiches".
Finalmente, Sebastián, un primerizo en la caminata, comentó emocionado: "Es una experiencia muy linda y agotadora, pero vine solo a agradecer". Manu, otra peregrina, expresó: "Es lo más hermoso que viví en mi vida, no soy cristiana, pero sentí el llamado y acá estoy".
Caminando con la virgen
El largo recorrido se inició ayer a las 17 y los peregrinos siguen caminando y encomendándose a la Virgen María, en medio de agradecimientos y pedidos por motivos especiales.
“La fe nos mueve todos los años a salir y el amor a María hace que caminemos y también el amor hacia esos seres queridos por los cuales pedimos”, dijo Mariana a Elonce.
Una mujer de La Paz que hace la peregrinación por primera vez, confió que “la para pedir por todos los jóvenes”.
Testimonios de fe
Entre los primeros y los últimos en llegar a cada estación, puede haber una hora de diferencia, porque cada uno va a su ritmo. Por las dudas, a lo largo de la peregrinación van unas camionetas colectoras que cargan a los que están cansados y los transportan hasta el siguiente descanso.
“Preparé mi corazón y estoy con una felicidad inmensa”, dijo a Elonce una señora que realiza su 19º caminata.
“Vengo a pedir protección para todos nosotros, agradecer la energía que nos da cada día para seguir en estos tiempos difíciles”, manifestó una vecina de Paraná.
Llegada y misa
Está previsto un descanso en Sauce Montrull al mediodía para partir, después de un almuerzo a las 14. En tanto, el quinto descanso está previsto en inmediaciones de la empresa Cartocor y será solamente para compactar a los peregrinos y continuar caminando rumbo al santuario. La llegada a La Loma está prevista desde las 18.
Los fieles de la Virgen María llegarán al santuario de La Loma, donde se brindará misa, luego de recorrer 90 kilómetros tras casi unas 26 horas de caminar.
Peregrinos a la luz de la fe
Esta peregrinación comenzó hace 42 años, en Hasenkamp, de la mano de dos jóvenes pertenecientes al Movimiento Apostólico de Schoenstatt, Jorge Quiroz y Amelio Rodríguez, quienes emprendieron ese recorrido por primera vez, en octubre de 1983, no imaginaron que aquel deseo y promesa a la Virgen, iba a convertirse en una peregrinación masiva, en la participa gente de todas las edades.
Con el correr del tiempo, y con la magnitud que tomó, se fueron conformando comunidades dentro de las parroquias de los pueblos vecinos (Cerrito, El Pingo, María Grande, Paraná, Tabossi, Las Garzas, Bovril, Seguí, etc.) para una organización más ordenada, brindar apoyo y acompañamiento a los peregrinos de esas localidades.
Cada año, en vísperas del Día de la Madre, la movilización de fieles de las distintas parroquias, seminaristas, sacerdotes y religiosos, personas de movimientos eclesiales ofrecen una experiencia viva de la Iglesia que camina. Es sobre todo un gesto de gran esfuerzo, sacrificio y de superación de las dificultades, para los peregrinos.