

REDACCIÓN ELONCE
En el corazón del barrio Los Arenales, de la ciudad de Paraná, un grupo de niños y niñas encuentra en el fútbol una oportunidad para aprender, compartir y soñar. Se trata de la escuelita “Los Huracanes del Cielo”, un proyecto impulsado por el entrenador Raúl Haller, quien trabaja con compromiso y pasión para brindarles a los chicos una alternativa deportiva y social.
La iniciativa es reciente, pero ya despierta entusiasmo entre los más pequeños. “Esto empezó de la nada”, relató Haller, mientras observa a los chicos correr detrás de la pelota en una cancha improvisada. “Acá estamos practicando hace cinco semanas. Hará falta un poquito más de luminaria, luces, cono, pelota y remera”, añadió, mencionando algunas de las necesidades básicas para mejorar el espacio de entrenamiento.
La escuelita funciona con lo mínimo, y con un gran esfuerzo humano. Los entrenamientos se realizan dos veces por semana, y la merienda se ofrece solo una vez cada siete días. “Estamos practicando los martes y los jueves y toman la leche en barrio Los Arenales una vez a la semana, una sola vez no más. Por eso el pedido”, explicó el entrenador.

Recolectan alimentos y elementos deportivos para sostener la escuelita
El proyecto, en plena etapa de formación, depende del apoyo solidario de la comunidad para poder sostenerse y crecer. Por eso, desde la escuelita hacen un llamado a todos aquellos que puedan aportar. “Necesitamos también remera para ellos, botines. Todo lo que venga, bienvenido. Sea harina también porque con eso podemos hacer torta para que ellos tengan su desayuno, su merienda. Este proyecto está dando sus primeros pasos”, expresó Haller con esperanza.
La escuelita no cuenta con patrocinadores ni apoyo institucional formal. Todo lo que se consigue proviene de donaciones voluntarias, gestos de vecinos y personas comprometidas con los chicos. La ayuda puede ser tanto en elementos deportivos como alimentos no perecederos, especialmente leche, harina, azúcar o golosinas, para acompañar la merienda.
“No haría falta un poquito más de donación de leche, donación de harina, todo lo que sirva para ellos, todo lo que venga”, insistió el entrenador, quien remarcó la importancia de alimentar también el cuerpo y no solo el espíritu deportivo.

Puertas abiertas para los chicos y un mensaje de esperanza
La escuelita no tiene cupos ni límites de edad estrictos. Cualquier niño o niña del barrio que quiera sumarse será recibido. “Acá hay un grupo y acá estoy como profe de ellos. Se pueden sumar más chicos, sí. Acá tiene puerta abierta todos”, señaló Haller, subrayando el carácter inclusivo y comunitario del proyecto.
Los Huracanes del Cielo no son solo un equipo de fútbol infantil. Representan un esfuerzo colectivo por ofrecer contención, alegría y valores a través del deporte. Con pocos recursos, pero mucho corazón, se sostienen en la convicción de que todo niño merece un espacio para jugar y ser feliz.
Quienes deseen colaborar pueden acercarse directamente al barrio Los Arenales los días de práctica, o contactar a los referentes de la escuelita por redes sociales y medios comunitarios. Cada donación, por más pequeña que parezca, puede hacer una gran diferencia.