

REDACCIÓN ELONCE
A metros del río Paraná, en el pintoresco Puerto Sánchez, se encuentra La Peña de Dardy, un clásico comedor de pescado que desde hace casi tres décadas es sinónimo de buena comida, tranquilidad y tradición ribereña. Fundado y atendido por Eduardo, este espacio combina lo mejor de la cocina local con una atención cálida y un entorno natural inigualable.
Los días soleados, como los que se disfrutan en esta temporada, son ideales para visitar este emblemático lugar. “Estos días así la gente viene y disfruta como a la mañana al mediodía. Del otro lado del quincho comen, toman sol y bárbaro”, relató Dardy, mientras recibe a los comensales con la cordialidad de siempre. El quincho abierto permite almorzar con vista al río, en un ambiente familiar y relajado que muchos paranaenses y turistas ya consideran un ritual.

La historia de La Peña de Dardy es también la historia de una comunidad que se resiste a perder su identidad. “Convencimos a la gente como hace 29 años que estamos. Siempre le ofertamos a la gente que el que se apura, pierde acá. Tienen que venir tranquilo, sin apuro para comer”, señala con orgullo. Esa filosofía de vida es parte del secreto de su permanencia: la comida hecha con tiempo, pasión y respeto por las costumbres.
Un menú de río que conquista todos los paladares
La propuesta gastronómica de La Peña de Dardy es tan variada como deliciosa. La especialidad de la casa es el pescado de río, cocinado de diferentes maneras y siempre fresco. “Tenemos empanada de tararira, filet de tararira, tenemos marinera de tararira, tenemos pescado frito mandubé, patí y surubí frito. Después a la parrilla tenemos dorado espectacular, que va con ensalada a 16.000 pesos”, detalló Eduardo.

Cada plato conserva el sabor casero y auténtico que distingue a los comedores populares, pero con el toque especial de la experiencia. El dorado a la parrilla, por ejemplo, es uno de los más pedidos, ideal para compartir en familia o entre amigos. Las empanadas y la marinera de tararira también tienen su público fiel, atraído por la textura y el sabor inconfundible de este pez de río.
Además de la comida, el entorno lo completa todo. El murmullo del río, la brisa entre los sauces y las charlas de sobremesa se mezclan con el aroma del pescado recién salido de la cocina. Comer en La Peña de Dardy es, sin dudas, una experiencia completa: saborear el río desde el plato.
Un rincón que preserva la cultura costera

Puerto Sánchez es mucho más que un barrio: es una postal viva de Paraná, donde las tradiciones litoraleñas todavía laten con fuerza. Espacios como La Peña de Dardy ayudan a mantener esa esencia viva. Allí, el tiempo parece detenerse y cada bocado se convierte en una conexión con la historia y la cultura del lugar.
“Dardy” no solo cocina: también conversa, cuenta anécdotas, y hace sentir a todos como en casa. Es por eso que muchos vuelven una y otra vez, no solo por el pescado, sino por la calidez humana. En un mundo que va cada vez más rápido, La Peña de Dardy propone lo contrario: bajar el ritmo, disfrutar, compartir y saborear la vida sin apuro.

La invitación está hecha. Quienes quieran conocer un verdadero ícono de la cocina paranaense tienen una cita obligada en La Peña de Dardy. Eso sí, como bien advierte su dueño: “el que se apura, pierde acá”.