REDACCIÓN ELONCE
Cada 2 de octubre, Argentina celebra el Día del Recolector de Residuos, una fecha que rinde homenaje a aquellos que, con esfuerzo y dedicación, mantienen nuestras ciudades limpias y habitables. En esta fecha especial, Elonce conoció las historias de Natalia y Roxana, las primeras mujeres recolectoras de residuos de Paraná quienes traspasaron barreras y desafían estereotipos en un campo tradicionalmente de hombres.
Natalia, es la primera mujer recolectora de la ciudad, y ante Elonce recordó el momento en que se unió al equipo: “Limpiaba y un día faltó uno de los chicos que estaban en el camión. Me tocó a mí y desde ahí no me bajé nunca más”, dice con una sonrisa que refleja su determinación.
A pesar de los desafíos, aseguró: “Nunca tuve miedo. Siempre miré para adelante y busqué nuevas metas”. Su jornada laboral la lleva a recorrer cerca de 100 cuadras diarias, donde se enfrenta a diversas realidades. “Se ven muchísimas cosas; hay veces que la gente no tiene cuidado y arroja vidrios, pero también hay gestos de aliento que me motivan”, señaló Natalia, quien recibe palabras de apoyo de los vecinos que la ven trabajar.
La trabajadora destacó la igualdad que experimenta en su entorno laboral: “Me tratan como a un igual y lo doy todo de mí”. Su experiencia no solo la fortalece a nivel personal, sino que también impacta en su familia. “La recolección me salvó la vida, porque es un trabajo que me despeja. Tengo cinco hijos y soy su orgullo, lo que me emociona muchísimo. Además, mi mamá me ayuda”, explica. “Elijo ser recolectora porque me hace feliz”, concluye con convicción.
Finalmente, sostuvo que “sueña con tener un equipo de recolectoras mujeres”
Por su parte, Roxana, quien se unió al equipo tras la inspiración de Natalia, a quien consideró como un ejemplo a seguir. “La labor de Natalia es una fuente de inspiración para todas nosotras. Cuando llegué a este lugar, venía con expectativas, pero todo fue superado ampliamente. Aprendí mucho y me llena de orgullo”, destacó.
Asimismo, recordó la primera vez que se subió a un camión, un momento cargado de emoción, especialmente porque proviene de una familia de recolectores: “Mi papá fue recolector durante 41 años. La primera vez que me subí a un camión fue una emoción especial, porque llevo el plato de comida a mi casa”, relató con nostalgia.
Roxana también notó un cambio en la percepción del trabajo de las mujeres en su sector: “Si bien todavía hay muchos prejuicios, con nuestro trabajo, esfuerzo y servicio vamos cambiando esa noción de la gente”, sostuvo con determinación. “Hoy en día, los vecinos ya saben cómo trabajamos y queremos que todos cuidemos nuestro entorno”, agrega Roxana.
Ambas mujeres reflejan un compromiso profundo no solo con su trabajo, sino también con sus familias. Roxana, madre de dos hijos, afirma: “Son dos trabajos que realizo con el mismo orgullo y amor. Voy por muchos objetivos y sé que con trabajo las voy a lograr”.
