

El 6 de marzo se conmemora el Día Internacional del Escultor en honor al nacimiento de Miguel Ángel. En Paraná, una de las esculturas más icónicas es la Venus saliendo del baño, ubicada en el Rosedal del Parque Urquiza. Sin embargo, la obra que hoy se observa es una réplica de la original, que fue robada en 1989 y cuya desaparición sigue siendo un misterio.
Venus Cánova: arte y enigma en Paraná
La escultura Venus saliendo del baño, también conocida como Venus de Cánova, fue realizada por el artista italiano Pietro Bazzanti y donada en 1935 por Pedro E. Martínez. En sus primeros años, la pieza fue emplazada en el paseo público de la ciudad, hasta que encontró su lugar definitivo en el Rosedal, junto con otra emblemática escultura, el Yaguareté.
La obra original era una pieza de mármol de Carrara, réplica de la Venus Itálica de Antonio Cánova, cuyo modelo se encuentra en el Palacio Pitti de Florencia. Su valor en el mercado internacional de arte podría superar hoy los 200.000 dólares.

El robo y la réplica de la Venus
En la primavera de 1989, la escultura desapareció sin dejar rastros. Pese a la falta de información en las crónicas de la época y la ausencia de pistas claras, la Venus nunca fue recuperada. Para reponerla, en 1998 la artista Amanda Mayor realizó una réplica basada en fotografías históricas y postales.
Lo curioso es que la búsqueda de la obra original sigue vigente. Aún figura en los registros de Interpol Argentina bajo el número de expediente PC 209. Según el informe oficial, la escultura mide entre 1,60 y 1,70 metros de altura, con una base circular de unos 10 a 15 centímetros de espesor y un peso superior a los 200 kilogramos. Un detalle distintivo es la presencia de un cofre detrás de la estatua y la firma del autor, “P. Bazzanti”, en su base.

Setenta años después de su desaparición, la Venus saliendo del baño sigue envuelta en un misterio sin resolver, mientras su réplica mantiene vivo el legado de una de las esculturas más representativas de Paraná.