

Tanto las palomas como el “Morajú” y los loros se han convertido en “aves urbanas”, que se han adaptado perfectamente a la ciudad, donde no tienen depredadores, lo que hace que su población tenga un crecimiento desmedido.


Al respecto, la subsecretaria de Salud y Ambiente de Paraná, Silvina Saavedra, señaló a Elonce que se observan muchas palomas chiquitas y loros, que antes se veían en el campo y por los desmontes migraron a la ciudad, dónde encuentran refugio, agua y alimento. "No podemos decir que tenemos invasión, estamos en la misma situación que otras ciudades. Tenemos distintas especies de palomas. Poliferan en la ciudad porque tienen todo lo necesario", dijo.


Además, señaló que “existe una ley de protección de aves y no se pueden matar las palomas, salvo que se las considere riesgoso para la salud humana, pero para eso es necesario realizar un estudio epidemiológico y eso lleva años”. Y sumó: “Lo que si se pueden implementar son medidas correctivas, eliminar refugios o reducirlos. Hay que recomendar a la población no alimentarlas, porque eso facilita a que coloquen huevos cada 21 días. Podemos hacer un control pero si no tenemos la colaboración de la población no lo vamos a lograr”.
"En esta época están con más nidos y pichones, no es momento de poda. Si uno lo hace se van a ver pichones muertos y otras cosas que no son recomendables. Si se hace en el momento de la poda las palomas no colocan huevos, no nacen las crías y es más fácil de controlarlas", remarcó.


En esta línea, dio cuenta que estar en contacto, por ejemplo, con el abundante excremento de dichas aves, puede representar un alto riesgo para la salud, ya que se inhalan hongos responsables de enfermedades.
"La paloma puede transmitir psitacosis, pero el loro es el que más la transmite. Hay gente que se ha contagiado y lo único que hacía era tomar mate debajo de un árbol donde anidaban los loros o iban a descansar. La situación es la misma, el control se hace controlando los nidos. No se hace una acción directa sobre el ave, sino que se lo estresa. Si eso se hace sistemáticamente se reduce la población, no se elimina", indicó.
“Comprar aves a personas que las tienen en cajas es muy peligroso, porque los pichones se estresan y liberan bacterias. Es recomendable hacerlo en lugares habilitados, que tienen a las aves en muy buen estado porque seguramente le hacen un tratamiento”, dijo y recomendó que "si compraron un loro en la calle lo recomendable es llevarlo al veterinario para que indique qué tenemos que darle para que no sea un riesgo para la salud".
Indicó también que las veredas en las que hay excremento de palomas deben ser lavadas con "agua y lavandina" y remarcó que "lo importante es que no se acumule". Elonce.com