Un nuevo caso de racismo escandaliza a Estados Unidos, donde se siguen sumando los episodios de este tipo. En esta ocasión ocurrió en Cincinnati, Ohio, donde un agente de la policía estadounidense disparó y mató a un hombre negro durante un control de tránsito de rutina el pasado 19 de julio. Un video permitió que la fiscalía lo acusara de homicidio.
La víctima, Samuel Dubose, tenía 43 años, estaba desarmado y tenía diez hijos. El policía, de raza blanca, lo había increpado porque su coche, un viejo Honda Accord, no tenía matrícula delantera. Cuando el agente Ray Tensing le pidió la licencia de conducir, Dubose le mostró una botella de licor. Tras eso sobrevino un breve forcejeo y luego el disparo letal.
El fiscal Joseph Deters calificó el hecho como un acto "sin sentido" motivado por la ira. "No estaba hablando con alguien buscado por asesinato, estaba hablando con alguien que no tenía matrícula", dijo.
Tensing había argumentado que le disparó a la cabeza después de que Dubose intentara escapar llevándose consigo a rastras al oficial. Pero al revisar la grabación que se obtuvo de la cámara que los policías llevan consigo, quedó en evidencia que la vida del agente no estuvo en peligro en ningún momento.
Un Gran Jurado consideró que había motivos para acusar al policía de homicidio, y ahora comenzará el juicio para determinar qué pena le corresponde.