El papa Francisco sufrió una contusión que le provocó un hematoma en el rostro, el cual fue visible durante los actos y ceremonias programados para este sábado, informó el Vaticano. Según Matteo Bruni, director de la oficina de prensa de la Santa Sede, el hematoma es consecuencia de un golpe sufrido por el pontífice el viernes por la mañana, cuando se golpeó la barbilla contra la mesilla de noche.
A pesar de la lesión, el papa celebró este sábado su décimo consistorio en la basílica de San Pedro, donde nombró a 21 nuevos cardenales. Durante la ceremonia, Francisco apareció con un notorio moretón en un lado de su cara. En respuesta a las preguntas de los periodistas, Bruni explicó que el hematoma era resultado de la contusión ocurrida la mañana anterior.
Este consistorio, el décimo desde su elección en 2013, permitió a Francisco seguir consolidando su legado y moldeando a su imagen el colegio cardenalicio, que en el futuro tendrá la tarea de elegir a su sucesor. El papa argentino, que cumplirá 88 años en unos días, ha designado a más del 78% de los 140 cardenales electores, aquellos menores de 80 años, que tienen derecho a votar en los cónclaves papales.
En un simbólico acto, los nuevos cardenales recibieron la birreta (un bonete cuadrangular de color púrpura) y un anillo de manos del papa, quien les transmitió un mensaje de aliento, exclamando: “¡Adelante!”. La ceremonia se desarrolló en la majestuosa Basílica de San Pedro en Roma, el mismo día en que se celebraba la reapertura de la Catedral de Notre Dame en París, evento al que el papa decidió no asistir.
Una Iglesia globalizada: Diversidad y periferias
Desde su elección, Francisco ha buscado resaltar la importancia de las diócesis remotas y de aquellos lugares donde los católicos son minoría, enfocándose en lo que él llama las "periferias", y rompiendo con la tradición de designar principalmente a arzobispos de grandes diócesis. En esta nueva promoción de cardenales, se observa una clara representación de América Latina y Asia, mientras que África está representada solo por dos nuevos cardenales, los arzobispos de Abiyán (Costa de Marfil) y Argel (Argelia).
En América Latina, se destacan los nuevos cardenales como el arzobispo de Lima, Carlos Gustavo Castillo; el arzobispo de Santiago del Estero y primado de Argentina, Vicente Bokalic; el arzobispo de Guayaquil, Luis Gerardo Cabrera; el arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Natalio Chomali; y el arzobispo de Porto Alegre, Jaime Spengler.
Asimismo, en Asia-Pacífico, una de las regiones que más ha crecido en la última década, los nuevos cardenales incluyen a Dominique Joseph Mathieu, arzobispo de Teherán-Ispahán, el arzobispo de Tokio y el obispo de la comunidad ucraniana en Melbourne (Australia).
Durante la ceremonia, el papa destacó la diversidad de los nuevos cardenales, quienes representan la catolicidad global de la Iglesia. En su homilía, Francisco les exhortó a ser "testigos de fraternidad, artesanos de comunión y constructores de unidad". Por su parte, monseñor Jean Paul Vesco, arzobispo de Argel y uno de los nuevos cardenales, destacó la importancia de reforzar la colegialidad entre los miembros del colegio cardenalicio.
El llamado a la humildad y la colegialidad
Francisco también aprovechó la ocasión para advertir a los nuevos cardenales sobre los peligros de caer en la tentación del prestigio y el poder. El papa, quien ha criticado con frecuencia la "mundanidad espiritual" y el culto a las apariencias en la Iglesia, les instó a mantener la humildad y el enfoque en el servicio.
La elección de los cardenales es una prerrogativa exclusiva del papa, quien los elige según sus propios criterios y prioridades. Los cardenales tienen la misión de asistir al papa en el gobierno de la Iglesia, y muchos de ellos desempeñan funciones en la Curia Romana o en sus respectivas diócesis. La creación de cardenales es observada de cerca por los expertos en religión, ya que refleja las tendencias y el futuro rumbo de la Iglesia Católica.
Francisco, comprometido con una Iglesia más descentralizada, ha promovido a clérigos de países en desarrollo hacia los rangos más altos de la institución. Sin embargo, algunos cardenales nombrados por él podrían no compartir completamente sus ideas, e incluso oponerse a ellas. A pesar de la diversidad de los nuevos cardenales, muchos consideran que el próximo cónclave papal podría dar lugar a un compromiso con una figura equilibrada y de consenso, que inspire confianza colectiva en la Iglesia católica. (Con información de Infobae)
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