

El profesor Sandro Alfieri, de 59 años, jefe del equipo médico del Policlínico Gemelli y responsable de las dos operaciones que se le realizaron al Papa, estuvo junto a él el domingo pasado cuando Francisco sorprendió al mundo apareciendo en la plaza San Pedro. La escena, cargada de emoción, recorrió el mundo entero. Según Alfieri, “ahora está bien, no es más un enfermo sino un convaleciente”. Y añadió: “Somos más optimistas”.
El Papa ha elegido no ocultar los signos de su estado de salud. “No quiso esconder nada, antes la silla de ruedas y ahora las cánulas nasales con una bajísima cantidad de oxígeno. A veces las debe utilizar, a veces no”, explicó el médico. El uso intensivo de oxígeno le provocó dificultades en la voz, aunque está recibiendo dos terapias diarias que le están ayudando a superarlas. Esa debilidad vocal se hizo evidente el domingo, cuando saludó a la multitud desde San Pedro.
Después de 38 días de internación en el Gemelli, los médicos lo autorizaron a regresar a su residencia en la Casa de Santa Marta, donde vive desde 2013, cuando decidió no habitar el apartamento pontificio por considerarlo “demasiado solo”. En ese momento dijo: “Prefiero estar entre la gente”.

Una convalecencia que avanza paso a paso
El equipo médico le indicó dos meses de reposo absoluto. “Ahora ha hecho ya dos semanas de convalecencia y esperamos las otras seis”, señaló Alfieri. El médico estuvo con Francisco en los momentos más críticos, cuando su vida estuvo en riesgo debido a una pulmonía bilateral que, si bien persiste, está siendo tratada y muestra signos de mejoría.
Según Alfieri, fue el propio Papa quien organizó su reaparición pública. “Quería estar presente con la gente el día en que se celebra el Jubileo de los Enfermos”, contó. Y agregó: “Todos lo hemos visto. Bello, atento, de buen humor, saludado por la gente bajo el palco. Quería infundir optimismo a todos los enfermos, presentes y no presentes”.
Un gesto que no pasó desapercibido fue la decisión de Francisco de mantener las cánulas de oxígeno visibles. “Hubiera podido quitárselas, pero las quiso tener. Hablamos con su asistente sanitario, Massimiliano Strapetti, y estuvo de acuerdo. No quería ocultar su fragilidad y así quiso presentarse a los enfermos, él que ya no lo es”, relató el médico.

Mensaje y compromiso con la salud pública
“El papa Francisco ha mostrado su cercanía a los enfermos y a los frágiles”, sostuvo Alfieri. Según el especialista, el Pontífice también buscó subrayar con su presencia “la importancia de mantener un nivel alto del sistema sanitario, a disposición de todos”.
Su aparición pública alimenta la esperanza de que pueda participar en al menos algunos de los ritos litúrgicos de la Semana Santa. Desde el Vaticano ya confirmaron que el domingo de Pascua, el Papa dará la tradicional bendición “Urbi et Orbi” (“a la ciudad de Roma y al mundo”) tras la misa en la plaza San Pedro, a las 10:30. El mensaje pascual será leído por el cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado, ya que solo el Papa puede impartir esta bendición.
Mientras tanto, un grupo de cardenales ya ha sido convocado para reemplazarlo en las celebraciones del Jueves y Viernes Santos. También se prevé que estén presentes en la Vigilia Pascual del sábado, cuya celebración de la Pasión está programada en la Basílica Vaticana a las 17 horas. No se descarta que el Papa asista a los ritos del Domingo de Ramos. (Con información de Clarín)