Un potente terremoto de magnitud 6,8 golpeó el distrito de Dingri, en la ciudad de Xigaze, ubicada en la región autónoma de Xizang, al suroeste de China. El sismo tuvo lugar a una profundidad de 10 kilómetros y dejó un saldo trágico de al menos 95 personas muertas, mientras que más de 130 resultaron heridas de diversa consideración.
El epicentro del terremoto se localizó en el poblado de Tsogo, que alberga a unas 6.900 personas. Esta área está rodeada por unas 27 aldeas, las cuales se encuentran en un radio de 20 kilómetros del punto de impacto.
Las autoridades locales tuvieron que afrontar grandes desafíos debido a la dificultad del terreno y las bajas temperaturas de la región de meseta fría. En respuesta a la magnitud de la tragedia, el presidente Xi Jinping emitió una orden para llevar a cabo todos los esfuerzos necesarios en las operaciones de rescate con el fin de salvar vidas y reducir al mínimo el número de víctimas mortales.
Operaciones de rescate y asistencia humanitaria
Xi Jinping subrayó la urgencia de actuar rápidamente para prevenir posibles desastres secundarios que pudieran agravar la situación, como deslizamientos de tierra o nuevos temblores. Además, instó a garantizar un reasentamiento adecuado de los residentes afectados por el terremoto y a manejar de forma eficaz el trabajo posterior a la catástrofe.
“Es esencial fortalecer el monitoreo y la alerta temprana de terremotos, asignar rápidamente suministros de emergencia, acelerar la reparación de la infraestructura dañada, asegurar que se satisfagan las necesidades básicas de los residentes y garantizar un invierno seguro y sin frío para todos”, expresó el mandatario.
Mientras tanto, el primer ministro Li Qiang, quien también es miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), hizo un llamado a la acción inmediata. Li destacó la importancia de verificar rápidamente la magnitud del desastre y la extensión de los daños, así como de organizar operaciones de búsqueda y rescate sin descanso para reducir el número de víctimas mortales.
Además, advirtió sobre la importancia de asegurar las condiciones mínimas de vida para las personas afectadas, debido a que la región donde ocurrió el terremoto se encuentra en una meseta fría, lo que dificulta aún más la situación.