Hace apenas diez días, el huracán Helene dejó más de 220 muertos en el sur de Estados Unidos. Como resultado, las autoridades de Florida ordenaron nuevas evacuaciones en la región que aún se recupera de esos daños.
Según el NHC, ahora el huracán Milton podría traer lluvias de hasta 25 cm a Florida, con áreas que podrían recibir hasta 38 cm, lo que podría provocar inundaciones repentinas en entornos urbanos.
El organismo alertó que los huracanes de categoría 3 o superior causan "daños devastadores" incluso en edificaciones robustas, y anticipa que la electricidad y el suministro de agua podrían faltar por varios días tras el paso de la tormenta.
La alcaldesa de Tampa, Jane Castor, declaró a CNN que la ciudad todavía se encuentra en proceso de limpieza tras el paso de Helene, y que las lluvias de Milton representan un desafío considerable, sin mencionar la marejada ciclónica y los daños por viento.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el estado de emergencia en 51 de los 67 condados del estado, advirtiendo que Milton podría causar "impactos significativos".
El presidente también anunció que su administración está preparando "recursos para salvar vidas".
Expertos sugieren que el cambio climático puede estar contribuyendo a la rápida intensificación de los huracanes, ya que el aumento de las temperaturas en las superficies oceánicas genera más vapor de agua, lo que proporciona mayor energía a las tormentas y, por ende, intensifica sus vientos.
Helene, que impactó la costa de Florida como un huracán de categoría 4 el 26 de septiembre, dejó una estela de destrucción que se extendió hasta las montañas de los Apalaches, causando lluvias torrenciales e inundaciones. Este huracán ha sido el desastre natural más mortífero en EE. UU. desde el huracán Katrina en 2005, con la cifra de fallecidos aún en aumento. (Ambito)