A la hora de hablar de figuras mediáticas, Wanda Nara es la número uno. Desde su irrupción en los medios cuando apenas era una adolescente, la rubia se las ha ingeniado para estar en boca de todos ya sea por sus peleas con colegas, conflictos familiares o abultados contratos laborales. Y a pesar de que no le faltan detractores, no hay dudas de que es muy querida por gran parte del público.
Con estos antecedentes y luego de la revolución que se generó en el último año por su crisis con Mauro Icardi a raíz del affaire del futbolista y la China Suárez, Telefe la convocó para sumarse al equipo de ¿Quién es la máscara?, el nuevo reality musical del canal que la tendrá como "investigadora" junto a Lizy Tagliani, Karina La Princesita y Roberto Moldavsky, mientras que Natalia Oreiro será la conductora.
"Estoy muy entusiasmada de volver a la televisión argentina con un programa tan exitoso a nivel mundial. Me encanta formar parte del canal de la familia con un proyecto que genera un nuevo desafío en mi carrera", manifestó la hermana mayor de Zaira Nara cuando se confirmó su participación. Y desde entonces ha hecho viajes fugaces a Buenos Aires para grabar las promociones del megashow e iniciar las grabaciones este lunes 29 de agosto.
Sin embargo, su vínculo con la producción no está en su mejor momento. ¿Qué pasó? Según informó la revista Para Ti, Nara protagonizó un incómodo momento por el estilismo que lució en una de las grabaciones. Vestida con un catsuit negro de Balenciaga y peinada con una cola de caballo tirante que terminaba en una trenza, la rubia molestó a Oreiro, quien se había hecho el mismo peinado.
Con el profesionalismo que la caracteriza, la uruguaya decidió ignorar ese detalle y seguir con el rodaje, pero al finalizar le dijo a la producción que este error no podía volver a repetirse, ya que como conductora del ciclo, ninguna de las otras figuras debería aparecer vestida o peinada como ella.
Si bien Wanda y su equipo entendió enseguida que hubo un error de comunicación entre estilistas, la trascendencia de la información no le cayó nada bien al canal. Dado el historial mediático de la rubia, la primera sospecha apuntaba contra ella como la encargada de filtrar lo sucedido a la prensa. Y aunque se encarga de jurar una y mil veces que ella no había sido la culpable, se generó un clima tenso. Como dice el famoso refrán: "Hazte la fama y échate a dormir".