Desde hace casi 30 años, Soledad Pastorutti es una artista consagrada, que se volvió una infaltable en festivales como el de Cosquín, Jesús María y muchos otros alrededor del país durante los meses de verano. Sin embargo, la cantante se sinceró sobre sus intenciones de descansar de esos escenarios, al menos durante un tiempo.
La artista fue la artista principal en la apertura de la 39ª edición del Festival “Embalse Un Canto a La Vida” y sorprendió con sus declaraciones. “Yo me llevo muy bien con el cambio porque creo que uno tiene que hacer una lectura de quien es y de los ciclos. Yo no voy a hacer esto cuando ya no sienta el amor que siento”, afirmó, en diálogo con Cadena 3.
“Viste que hay gente que dice ‘yo me voy a morir cantando’. Me voy a morir cantando en mi casa, pero no en un escenario porque yo siempre quiero hacer un buen espectáculo. Es lo que dije al principio de la conferencia. Sé que hay un esfuerzo muy grande de alguien que te contrata y está esperando algo muy groso. Respeto mucho esa parte, es lo que pienso hoy. Todo cambia, es como dice la canción”, señaló La Sole.
“Me gustaría siempre hacerlo contenta con mi arte, contenta con el ida y vuelta con mi público. Me gustaría siempre hacerlo con ganas y no decir ‘siempre lo mismo’. Yo tengo 44, no puedo volver a cuando tenía 14, lamentablemente no”, planteó, sobre sus búsquedas.
“Así como todos cambiamos, lo que más me gusta a mí es respetar esos hitos de las personas. Yo lo que sí sé es que nunca traicioné el corazón. Los festivales no es que no me gusten, amo los festivales. No voy a poder todos los veranos hacer algo así. Y también quiero que algún día se me extrañe para que se me quiera más todavía”, concluyó.
Hace una semana, la cantante felicitó a su padre, Omar Pastorutti, por su cumpleaños. En el posteo se pudo ver una declaración del hombre, clave en la trayectoria artística de la artista desde sus primeros pasos. Según reveló la propia Soledad en un emotivo video publicado en su cuenta de Instagram, Omar fue el primero en descubrir su talento, incluso antes de que ella misma se diera cuenta de su potencial para la música.
Allí recordó cuando, a diferencia de hoy, Soledad cantaba para poco público. “Cuando era solo una nena, ella algunas veces me cuestionaba la poca gente frente al escenario”, recordó Omar en el video compartido por su hija. “Ella me decía ‘Papá, no queda más nadie acá’. Yo le respondía: ‘Vos cantá para papá, yo me quedo acá’”, contó emocionado.
Poco después, en 1996, cuando tenía apenas 16 años, Soledad hizo su debut en el escenario mayor del folclore, Cosquín. Cuando junto a su hermana Natalia cantó el clásico “A Don Ata”, revoleando el poncho, el público enloqueció. Fue el inicio de un éxito impresionante que la acompaña hasta hoy y la llevó a trascender las fronteras de la Argentina. Su último gran reconocimiento sucedió en Miami durante la entrega de los Premios Grammy, donde obtuvo el galardón en la categoría “Mejor Álbum Folclórico” por su trabajo en colaboración con Lila Downs y Niña Pastoria, llamado “Raíz, nunca me fui”.
En el plano personal, “El Tifón de Arequito”, como también se la conoce, se casó con Jeremías Audoglio en 2007, luego de un noviazgo que duró 9 años. Ambos fueron padres de Antonia y Regina.
Con una carrera que el año próximo cumplirá las tres décadas desde su rutilante aparición, quizás Soledad quiera comenzar a pausar el ritmo que le impuso para alcanzar el estrellato. (Teleshow)
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