Semanas atrás, Barbie Vélez confesó que su corazón había vuelto a tener dueño. Envuelta en miles de incógnitas, no quiso revelar quién era el afortunado y se barajaron muchos posibles candidatos. Pero el que más peso tenía era su hermanastro, Lucas Rodríguez, hijo del fallecido Fabián, marido de Nazarena.
Sin embargo hace unos meses, la diosa fue vista en Punta del Este, de la mano con un empresario. De esta manera todos olvidaron a su hermanastro y creyeron en la pantalla que la modelo había creado.
En una entrevista para la revista Gente, la modelo confesó todo su amor y sus preocupaciones.
Por un lado, Vélez aseguró: "Estoy feliz, nunca me enamoré así, él es un sol, me cuida como nadie", y por el otro, agobiada por los prejuicios, declaró: "Primero consulté con un psicólogo".
-¿Cuándo sentiste que Lucas era algo más?
-Este año, en marzo, me fui de vacaciones a Miami. Justo murió Silvia, la hermana de Fabián. Y viajaron Camila y Lucas, sus sobrinos. Ahí me pegué mucho a Cami. Volvimos y empezamos a salir juntas con una prima suya, María. Así empecé a frecuentar más a Lucas. Ellos salen mucho en grupo. Yo sé que las especulaciones vienen de muy atrás, pero te repito, todo pasó hace poco.
-¿Cuándo empezaron a salir?
-En julio de este año. Desde abril nos veíamos seguido y un día me invitó a tomar unos tragos, una especie de cita, y se declaró. Creo que si sucedía el año pasado, le habría dicho que no. Pero ya estaba preparada.
-¿Por qué no lo querías nombrar?
-Porque es muy lindo lo que tengo y no quiero que nada lo arruine. Él es ajeno al medio, y realmente se pone muy nervioso. Si bien sabe en qué se está metiendo, le tengo un amor tan grande que lo quiero cuidar. Estoy muy feliz; nunca me pasó esto de amar así. Lucas es un sol. ¡No sabés lo que me cuida?! Yo no sabía lo que era no tener una escena de celos, no pelear nunca, confiar plenamente en el otro?
-¿Qué te enamoró?
-Que no puede ser más bueno. Es un dulce de leche. Es compañero, súper demostrativo. No tiene vergüenza de decirme "te amo", de abrazarme. Y entendió mis tiempos, y que iba a ser difícil para mí volver a confiar en una pareja.
-Él estaba enamorado de vos hacía rato, ¿no?
-(Piensa, se ríe) Sí. Pero nunca me lo había confesado.
-¿Cómo te lo expresó?
-¡Me va a matar cuando lea esto! Cuando se declaró, me dijo que no le pasaba de ahora, que hacía tiempo le gustaba. Yo estaba medio pizpireta, no quería una relación. Entonces me puso los puntos. Fue clarito conmigo: que con él no era para pelotudear, que lo que sentía era real, y si yo no quería estaba todo ok, pero si le decía "sí", que nos pongamos las pilas y tengamos algo.
-¿Aceptaste de una?
-Me sorprendió muchísimo, aunque no soy tonta y sabía lo que se iba a venir? Era evidente que a mí también me pasaba algo con Lucas y lo estaba queriendo tapar. Cuando me di cuenta de que si no me ponía las pilas que me pedía lo iba a perder, no me hice la canchera y le dije que sí, porque lo quiero y respeto mucho. Nunca le haría mal.
-¿El primer beso lo recordás?
-Sí. Fue un poco antes, en mi cumple, el 18 de junio. Me mandó un regalo sorpresa -unos chocolates y una pulsera- mientras cenaba con mi familia y mis amigas. Después, cuando fui a la fiesta, me di cuenta de que había sido él. Y bueno, pasó?
-Se te oye enamorada.
-¡Re! Y si un día me entero de que me caga y terminamos, va a ser en los mejores términos, porque lo adoro.