Adabel Guerrero se encuentra cosechando éxitos tanto en el teatro como en la pantalla chica. Y en las últimas horas subió la temperatura en la previa del inicio de la primavera.
Es que la bailarina se tomó unos días de relax y aprovechó el calor estadounidense para exhibir sus espectaculares curvas.
“Vacaciones!!! Por fin!! Descanso para cargar energías y volver con todo. Con cosas nuevas y con las que ya saben”, expresó junto a un carrete de fotos que posteó desde Miami.
“Amamos disfrutar en familia. Esta vez los tres solitos. Extrañamos al resto”, completó en el pie de la publicación en la cual se destacan las postales en las que luce un traje de baño color naranja, con tomas realizadas desde distintos ángulos.
El escenario se convirtió en su refugio
Aunque su carrera comenzó hace 30 años, poco tiempo atrás Guerrero comentó que casi abandonó el mundo del espectáculo para sumergirse en el ámbito académico y el psicoanálisis.
Desde su infancia, Adabel mostró una conexión innata con el baile y el teatro. Durante más de una década, formó parte del ballet de Iñaki Urlezaga.
Sin embargo, la transformación física de la adolescencia la llevó a dejar el ballet y sumergirse en el teatro de revistas.
El escenario se convirtió en su refugio, un escape frente a una realidad difícil marcada por una madre con problemas de alcoholismo y un padre ausente.
Desafíos personales y un nuevo rumbo académico
Uno de los momentos más desgarradores en la vida de Guerrero ocurrió durante su adolescencia con el fallecimiento de su madre, María Cristina. La pérdida fue un golpe devastador y, ante la falta de una red familiar cercana, Adabel encontró consuelo en el psicoanálisis.
Esta experiencia no solo le ayudó a superar el duelo, sino que también despertó en ella un interés profundo por los estudios en psicología. “A los 17 años empecé a hacer terapia por un montón de problemas personales, y me cambió muchísimo, me hizo bien. Sentí que todos tendríamos que hacer terapia para mejorar nuestras vidas”, compartió Guerrero con la revista Pronto en 2014.
En 2002, tras la muerte de su madre, Adabel decidió dejar la danza para enfocarse en resolver las deudas familiares. Se inscribió en la Universidad de La Plata para estudiar Psicología, pero su amor por el arte pronto la llevó de regreso a Buenos Aires. “Cuando quedé en un casting con Pepe Cibrián en Buenos Aires, no pude ir más. Arranqué mi carrera artística y lo pasé para otro momento”, recordó la actriz, marcando el comienzo de una carrera en el teatro que la llevaría a convertirse en una de las vedettes más reconocidas de Corrientes.
El retorno a los estudios y la vida familiar
Adabel Guerrero continuó su ascenso en el mundo del espectáculo durante más de una década, trabajando con figuras como Jorge Corona, Gerardo Sofovich, Nito Artaza y Miguel Ángel Cherutti. No obstante, su deseo de estudiar Psicología nunca desapareció.
En 2014, decidió retomar sus estudios en la Universidad del Museo Social Argentino, combinando su carrera artística con la vida universitaria. “Quiero recibirme de psicóloga”, afirmaba en ese momento, a pesar de su fama por sus actuaciones en el Bailando y en teatro de revistas.
Durante su tiempo en la universidad, Adabel enfrentó el desafío de ser reconocida en el campus. “Cuando pasaban lista y llegaban a mi apellido, algunos me reconocían, pero eso duró solo dos semanas. Después ya era una más, tengo mi grupo con el que tomo café y compartimos apuntes”, relataba.
Esta experiencia le permitió integrarse y equilibrar su vida artística con su pasión por la psicología.
De actriz a mentora
Con el nacimiento de su hija Lola y tras años de terapia, Guerrero logró reconstruir su relación con su padre, Eduardo.
En una entrevista, Adabel expresó su interés en ejercer la psicología de manera selectiva. “Haría una clínica en consultorio pero solo para casos que me interesen a mí en particular. También me gustaría escribir artículos de Psicología en algunas revistas especializadas”, comentó.
Su propia experiencia personal la ha impulsado a enfocarse en temas como “la inseguridad en la mujer, la bulimia y la anorexia, la sexualidad, la infidelidad”, debido a sus propias luchas con trastornos alimenticios en la adolescencia.
Coach Ontológico
Aunque no se recibió de psicóloga, durante la pandemia, Guerrero continuó su formación en el área del coaching y obtuvo un título como Coach Ontológico. Hoy en día, reparte su tiempo entre la crianza de su hija Lola, su carrera actoral y su nuevo proyecto personal.
En Alas, Adabel se desempeña como mentora, ayudando a otros artistas a transformar sus carreras y concretar sus proyectos. Además, utiliza su cuenta de Instagram para compartir reflexiones y experiencias con el fin de inspirar y apoyar a sus seguidores en sus propios desafíos.