REDACCIÓN ELONCE
El gobierno nacional anunció una reducción temporal de las retenciones a ciertos productos del campo hasta el 30 de junio de 2025, con el objetivo de aliviar la situación de los productores. Las retenciones sobre la soja (en su versión poroto) bajan del 33% al 26%; el trigo, maíz y cebada pasan del 12% al 9,5%, y el girasol baja del 7% al 5,5%. Además, se eliminan las retenciones para productos de las economías regionales, como el azúcar, el arroz y el maní, entre otros.
Para acceder a estos beneficios, los productores deben liquidar el 95% de lo declarado en la venta al exterior en un plazo de 15 días hábiles desde la presentación de la Declaración Jurada de Venta al Exterior (DJVE). Si no cumplen con esta obligación, se les aplicarán las alícuotas anteriores.
La Federación Agraria de Entre Ríos considera que la baja de retenciones es una "buena señal", pero insuficiente para mejorar la situación de los pequeños y medianos productores.
Por su parte, Bases Federadas, una corriente disidente de la Federación Agraria, también advirtió que la medida del gobierno favorece a los grandes grupos de siembra y no a los pequeños y medianos productores. Asegura que la medida tiene fines recaudatorios y electorales, sin segmentación, y no resuelve la baja rentabilidad ni mejora la situación de los productores más vulnerables.
¿Es esta reducción suficiente para aliviar la carga fiscal del sector agrícola, o se queda corta frente a la magnitud de la crisis que atraviesa el campo?
El tema fue tratado en El Ventilador, que se emite martes y jueves a las 21.30 por Elonce.
Ricardo Garzia, productor ganadero y secretario de la Federación de Cooperativas Federadas, explicó que “esta medida anunciada no es suficiente para los pequeños productores. Dentro de los que siembran, sobre todo soja, porque esta reducción de retenciones planteada en estos siete puntos es para este cultivo, impacta de una forma muy heterogénea en las distintas escalas, distintas distancias al puerto, distintas realizadas de los productores. No es lo mismo una reducción de siete puntos para siembra, para un fideicomiso, para un banco que está sembrando, que para un pequeño y mediano productor”.
“Hay que analizar si estos puntos, que hay que ver si terminan siendo siete, están aplicados en campo propio o alquilado. Argentina, y Entre Ríos también, tiene un 75 por ciento de su producción puesta sobre campos ajenos, alquilados. La rentabilidad de un productor de tierra propia y de gran escala es una y la de un pequeño y mediano productor de campo alquilado es completamente diferente. Los siete puntos a los productores más chicos, y con campo alquilados, los deja prácticamente afuera, sin rentabilidad”, resaltó.
Comentó que el plazo estipulado “hace a quien hoy tiene granos para vender. Los productores más chicos hoy no tienen grano para vender. Los que tienen espalda puede que les haya quedado soja y hoy estén aprovechando estos siete puntos. Hay que remarcar que la medida anunciada es temporal, no se va a quedar en el tiempo. Está planteada hasta el 30 de junio. Hay muchas dudas que aparecieron con la publicación del Decreto, sobre todo en los exportadores, sobre cómo se va a liquidar esto, cómo se va a implementar y hay temores”.
Aclaró que la Argentina “tiene dos mesas de productores. La Mesa de Enlace y la Mesa Agroalimentaria Argentina. En esta última lo que estamos diciendo es que la reducción de retenciones o todo el paquete fiscal del gobierno tiene que ser diferenciado y no es lo mismo aplicarle un impuesto a un productor chico de 50 o 100 hectáreas que es inquilino, que aplicárselo a un pool de siembra, a un fideicomiso o banco que invierte y siembra. Desde el vamos la discusión que damos es que la aplicación de reducción de las alícuotas de retenciones tiene que ser diferencial, segmentada. Si le das la misma cantidad de puntos de reducción de retenciones a un gran productor y una gran empresa, lo que hace esa empresa que ya es rentable, que ya tiene espalda, que puede pagar menos por la tierra, lo que hace ese actor de la producción es ir y tomar el campo del productor chico. Ahí se produce y acelera lo que se llama el proceso de concentración de la tierra, desarraigo y desaparición. Eso impacta mucho en el desarrollo de provincias como la nuestra”.
Por otra parte, mencionó que los pequeños productores “tienen muchos problemas, uno de ellos es el acceso a la tierra. No tienen una buena ley de alquileres rurales. Tienen dificultades de acceso al financiamiento. Tenían herramientas del estado que este gobierno eliminó: el Fondo de Recuperación de la Actividad Ovina, fideicomisos, el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar. Todas esas herramientas hacían un dique de contención para los productores familiares, pequeños y medianos. Este gobierno acelera el proceso de concentración y la desaparición de pequeños y medianos productores. Además, le está dando un mismo nivel de reducción de retenciones al más grande y al más chico. Si las medidas son iguales para todas las escalas, el que desaparece es el más chico, que es el local, el genuino, el de acá, el que invierte en el pueblo, en la demanda de servicios, de mano de obra y el que mejor cuida los recursos naturales”.
Dijo también que uno de los temas centrales a resolver es el de los alimentos. Consideró que “no puede ser que Argentina tenga problema de acceso a los alimentos. Nos tenemos que mirar y ver qué pasa con este tema”, indicó.
Señaló que “Argentina pierde 200 mil hectáreas de productividad en 200 mil hectáreas por año agrícola. Eso lo dice el tercer instituto del suelo a nivel internacional. Tenemos que reaccionar y revisar nuestro modelo productivo. Argentina no tiene un proyecto de largo plazo para el sector rural y lo necesita, pero que comprenda la heterogeneidad del sector. Que pueda determinar medidas para los pequeños y medianos productores, otras para los grandes desarrollos de las aceiteras y grandes exportadores. Entonces no caemos siempre en el necesito plata el Banco Central y voy al sector agropecuario”.
Por otra parte, consideró que la reducción de retenciones anunciada por el gobierno “es una medida recaudatoria. Van a tener problemas los productores para cobrar el 7 por ciento. Los exportadores, que son los primeros beneficiarios de la reducción de retenciones, tienen que hacer en enero una declaración jurada de lo que van a vender y a los 15 días traer la plata para el Banco Central y el banco le va a dar pesos. Es decir que el gobierno recauda y trae plata al BCRA. Ahora el exportador todavía no hizo ningún negocio con los productores, no sabe cuánto va a comprar y cuándo. Ese exportador, que le está adelantando plata al BCRA, cuando se tope con los productores en abril les va a decir que ahora les compra, pero le tienen que pagar los intereses de abril hacia atrás, hacia enero, de la plata que le prestó al estado. Entonces los siete puntos no van a ser siete. La interpretación política es de oportunismo, de insuficiencia y de alto riesgo para los productores, mucho más sobre los pequeños y medianos”.
“Esta medida no genera previsibilidad, genera temor, esto no es lo que queríamos. Queríamos una reducción mayor y para siempre. Es insuficiente la medida”, agregó. Elonce.com
