

La producción industrial experimentó un crecimiento interanual del 4,7% en febrero, y el primer bimestre del año cerró con una expansión de 5,4%, según el informe del Centro de Estudios Económicos de Orlando J Ferreres & Asociados. Este repunte refleja una mejora constante en la actividad industrial en el inicio del año.
En términos desestacionalizados, la industria registró una expansión mensual del 1,3% en febrero, lo que permitió recuperar el terreno perdido en enero, cuando la producción había caído un 0,9%. Esta recuperación dejó un primer bimestre “levemente positivo respecto de los últimos dos meses del año pasado”, según los analistas.
Entre los sectores que impulsaron este crecimiento se destacó especialmente el complejo automotriz, con un aumento interanual del 13,1% en la producción durante febrero. Además, el sector de alimentos tuvo un buen desempeño, con un crecimiento del 6,3%, impulsado por los aceites, que aumentaron un 10,5%.

El sector de minerales no metálicos también registró un avance positivo de 5,6%, destacándose la producción de cemento Portland, que subió un 8,1%. Asimismo, el sector de "Maquinaria y Equipo" se mantuvo como uno de los más dinámicos al comienzo de 2025, con un crecimiento mensual del 16,1% y un acumulado de 19,0% en el primer bimestre.
A pesar del crecimiento general, algunos sectores continuaron con rendimientos negativos. El sector de metales básicos mostró una caída interanual del 6,6% en febrero y acumuló una merma del 7,5% en el primer bimestre. En particular, los laminados terminados en caliente cayeron un 13,4%, y los laminados fríos, un 18,9%. La producción de acero crudo y aluminio también disminuyó en un 2,2% y un 1,5%, respectivamente.
Otros sectores con caídas interanuales en febrero fueron Tabaco (-7,7%), Plásticos (-6,6%), Papel (-6,3%) y Textil (-3,8%). Para el futuro, los expertos prevén que “la producción industrial siga mejorando, impulsada por el aumento del consumo interno”. No obstante, advierten sobre los riesgos derivados de “la incertidumbre sobre el rumbo que dará el gobierno a la política monetaria, cambiaria y comercial, y los efectos que pueda tener sobre algunos de los sectores industriales más frágiles en términos de competitividad”.