

El dólar minorista registró una suba del 8,4% este lunes y se negoció a $1.190 para la venta en el Banco Nación, pasadas las 10:30 horas. En el inicio de las operaciones, había llegado a ofrecerse a $1.250, lo que representaba un aumento del 14% en comparación con la cotización del viernes. El movimiento se dio en el primer día hábil tras la eliminación de las restricciones cambiarias para personas humanas, quienes ahora pueden comprar dólares sin límite de monto a través de canales digitales.
Al respecto, el contador Alfredo Calabrese brindó detalles a Elonce sobre el impacto de la medida. “Había mucha incertidumbre sobre cómo se iba a mover el dólar. El Banco Nación marcó las principales posturas, primero a $1.190, y luego lo vimos a $1.210”, explicó. Señaló además que los dólares financieros, que el viernes cotizaban entre $1.320 y $1.340, ahora se ubicaban cerca de los $1.225, lo que marca una “compresión” en las diferencias de valores entre los distintos tipos de cambio.
“El viernes el dólar oficial estaba entre $1.070 y $1.080, mientras que los financieros en $1.320 y $1.340. Eso implicaba una brecha del 20 al 25%. Hoy se está reduciendo esa diferencia, sube el oficial, pero bajan los financieros. Eso es una buena noticia, porque estamos unificando la brecha cambiaria”, indicó el especialista.

Calabrese también analizó el comportamiento reciente del mercado: “Durante tres semanas los importadores estuvieron comprando muchos dólares y los exportadores no liquidaban. Ahora es probable que esa tendencia se revierta: los exportadores podrían empezar a liquidar y los importadores a retraerse, por lo que el dólar puede buscar un punto de equilibrio más bajo”.
“Pasar de tener más de diez tipos de dólar distintos a uno solo es una gran simplificación y un paso importante. Para las personas humanas se eliminó el cepo, lo que significa que ahora pueden comprar y vender libremente según su capacidad económica”, sostuvo.
Efectos sobre la inflación y los precios
En cuanto a un posible traslado a precios, Calabrese remarcó que, si bien la teoría económica plantea que toda devaluación impacta en los precios, el contexto actual podría mitigar ese efecto. “No hay mucha liquidez en el mercado, el consumo está alicaído, y las empresas tienen capacidad ociosa como para aumentar producción sin subir costos. Eso puede evitar un impacto inflacionario inmediato”, explicó.
También mencionó que algunos rubros podrían ver ajustes mayores, como productos vinculados a bienes transables: “Es probable que el aceite o la yerba aumenten más rápido, pero también hay muchos productos que ya tenían incorporado un tipo de cambio más alto en sus precios”.
Finalmente, Calabrese advirtió que “la clave es evitar una gran volatilidad. Si el dólar hoy está a $1.300, mañana a $1.000 y pasado a $1.350, eso genera incertidumbre. La estabilidad y la confianza son fundamentales para que la economía empiece a funcionar con previsibilidad”.