

Primer lote de soja de 2025. El productor Fedor José Espinosa logró un importante hito en la campaña 2024/25 al cosechar el primer lote de soja de la temporada, en un campo de 42 hectáreas ubicado en Monte Buey, Córdoba. Con una producción estimada de 45 quintales por hectárea, la soja, variedad DM33R22, fue sembrada el 31 de octubre de 2024 y cosechada el 21 de marzo, marcando un logro significativo para su familia y el sector agropecuario en general. Este logro fue recibido con sorpresa y alegría por Espinosa, quien destacó el esfuerzo y la dedicación de años que hay detrás de este reconocimiento.
“La verdad que lo estamos viviendo con mucha sorpresa y alegría. Es un reconocimiento que no esperábamos, pero que llega después de años de intentar hacer las cosas bien. Esta vez se dio, es un mimo al alma y nos estimula a seguir produciendo", comentó el productor.
Se trata de un ingeniero agrónomo de origen catamarqueño que dedicó su vida al sector agropecuario. Con una sólida formación en Rosario y una vasta experiencia tanto en Argentina como en el exterior, su trayectoria ha incluido asesoramientos y proyectos de siembra directa en Centroamérica. A lo largo de los años, desarrolló una profunda conexión con el campo y un enfoque en la innovación, siempre buscando mejorar las prácticas agrícolas y fomentar el desarrollo del sector.
La decisión de sembrar soja y los desafíos del clima
La decisión de producir soja llegó de la mano de la siembra directa y el trabajo en equipo. Espinosa recordó cómo, junto a un amigo que en su momento estaba muy adelantado en el tema de siembra directa, comenzó a producir. “Con un amigo, que en su momento estaba muy en punta con el tema de siembra directa, comenzamos a producir. Así fue como empecé y seguí avanzando junto a él, y luego con otros amigos”, relató el productor. Los primeros lotes trabajados estuvieron en la zona de Laborde y Escalante, pueblos ubicados al sur de Monte Buey, y posteriormente se expandieron a otras regiones como Chaco, Tres Arroyos y La Pampa.
En cuanto a la elección de la variedad sembrada, Espinosa explicó que la soja DM33R22 es un grupo precoz con alto potencial de rendimiento. “Se produce antes y permite entrar al mercado con ventaja. Es una soja que salió en 2022 y esta es la segunda vez que la sembramos. Los resultados han sido muy buenos”, afirmó. La siembra a finales de octubre estuvo vinculada a la humedad del suelo y a la limpieza de los lotes. Espinosa detalló que se manejan rotaciones del 30%, alternando maíz, soja y trigo/soja, siendo este lote el de soja de primera, luego de trigo/soja el año anterior.

La importancia de la familia y el futuro del agro argentino
El logro alcanzado por la familia Espinosa también subraya la importancia del traspaso generacional en la producción agrícola. “Uno de mis hijos trabaja con nosotros, y el menor está terminando la carrera de agronomía. Todos estamos involucrados, incluso mi esposa. Es emocionante ver cómo el trabajo en el campo se comparte en familia”, destacó Espinosa, subrayando el espíritu de colaboración que ha sido fundamental en el éxito de su empresa agrícola. A pesar de los desafíos económicos y las políticas agropecuarias, este reconocimiento dio un respiro a la familia y sirve como incentivo para seguir apostando al campo.
“Nos oxigena en tiempos difíciles y nos da fuerzas para seguir apostando por el agro”, concluyó Espinosa, reflejando el sentir de muchos productores argentinos que, pese a las adversidades, continúan con la misma pasión que les ha permitido sostener el motor del campo.
Además, destacó que Monte Buey es la Capital Nacional de la Siembra Directa, un título que se refleja en la historia de sus productores. “Mi esposa tenía su abuelo y su padre muy relacionados con la siembra directa, fueron pioneros en soja. En el campo que alquilamos, se comenzó con siembra directa en 1978”, recordó.
Innovación y expansión para el futuro del agro
Mirando hacia el futuro, Espinosa tiene como objetivo la expansión de la superficie cultivada. “Siempre seguimos pensando en agrandar superficies. Trabajamos en 600 hectáreas alquiladas y analizamos asociarnos con productores de maní. Compiten con los que hacemos soja y maíz. Es una forma de adaptarnos y no quedar afuera del sistema”, comentó el productor.
En términos de inversión, apuesta por la fertilización y la tecnología. “Estamos mejorando la fertilización en algunos lotes familiares, con mayor seguimiento satelital”, expresó. Pese a los desafíos del sector, mantiene una visión optimista y alienta a las nuevas generaciones a seguir apostando por el agro. “En algún momento el país va a despegar y los productores serán reconocidos. Hay que lograr una convivencia con la ciudad, para que entiendan que estamos lejos de ser oligarcas. Acá se trabaja mucho y cuando a alguien le va mal, se funde de verdad”, reflexionó.
Finalmente, resaltó la necesidad de políticas de Estado estables que fomenten el desarrollo del sector agropecuario. “No puede ser que un gobierno cambie y con él todo el esquema productivo”, concluyó. (Con información de Agrofy News)