

El Gobierno nacional lanzó este lunes un plan oficial con el objetivo de asegurar que ciertos remedios cruciales se fabriquen en el país sin depender de proveedores internacionales y reducir los precios de estos medicamentos, lo que beneficiaría tanto a los pacientes como al sistema de salud en general.
La medida responde a la creciente necesidad de asegurar la autonomía farmacéutica de Argentina y aliviar la carga económica del sector.
Incentivos a la producción de biosimilares
El Gobierno decidió diseñar un programa para incentivar la producción de biosimilares en Argentina. Estos medicamentos biológicos no cuentan con patente registrada o tienen la patente vencida, lo que permite que otros laboratorios puedan fabricarlos y comercializarlos. "Antes de esta incorporación, el medicamento sólo estaba disponible a través de Merck (MSD), lo que limitaba la competencia y mantenía altos los precios", explicaron los funcionarios sobre la reducción de costos tras la llegada del biosimilar nacional.
La medida apunta a fortalecer la industria farmacéutica local y ampliar la competencia dentro del mercado. Según las fuentes consultadas, la llegada de este tipo de medicamentos "demuestra cómo la competencia en el mercado farmacéutico no sólo fomenta la innovación, sino que también hace los tratamientos más accesibles, mejorando el acceso a la salud de manera significativa".
Disposición de la ANMAT
Un paso clave en este plan fue la publicación en el Boletín Oficial de una nueva disposición de la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), que tiene como objetivo simplificar los procedimientos de aprobación y facilitar el acceso a los tratamientos biológicos. Esta nueva regulación también busca darles herramientas técnicas a los laboratorios locales para que fabriquen estos medicamentos de manera más eficiente y a menor costo.
Para garantizar la seguridad y eficacia de los biosimilares, la ANMAT exige pruebas fármaco-cinéticas o fármaco-dinámicas para asegurar que los medicamentos sean equivalentes a los originales. "Con un ensayo fármaco-cinético, o uno fármaco-dinámico, se puede contar con la certeza de que es un medicamento biosimilar", detallaron las fuentes oficiales, subrayando que los biosimilares siguen rigurosos estándares de calidad antes de ser aprobados.
El plan del Gobierno también responde a las críticas de los laboratorios internacionales, que alegan que las restricciones para el patentamiento en Argentina afectan la protección de sus patentes innovadoras. En este sentido, el gobierno busca equilibrar la balanza permitiendo la producción local de medicamentos con patentes vencidas. Además, las autoridades mencionan que uno de los grandes objetivos es la autonomía farmacéutica. (Con información de Clarín)