Ya pasaron tres meses y aunque cuesta que cicatrice la herida, en el fútbol como en la vida no hay mucho tiempo para lamentarse y lo más sano es mirar para adelante, pero para Boca perder la final de la Copa Libertadores ante River sigue siendo doloroso como para Mauro Zárate no haber jugado ni un minuto también es una marca que le quedó.
"Todas las noches me viene un pensamiento de la final contra River. Me queda esa bronca de no haber jugado la final en el Bernabéu, pero ya pasó. Hubiera sido muy lindo. Yo hablé con Guillermo, pero ahora ya no sirve de nada, hay que dar vuelta la página", declaró el delantero en diálogo con Radio La Red.
A tres meses de esa gran frustración, el presente le sonríe. De la mano de Gustavo Alfaro recuperó la confianza y la continuidad y con eso su mejor versión para desequilibrar, meter goles y asistencias y convertirse en una de las figuras del equipo.