La reunión pactada para este miércoles puso el punto final y se tomó una decisión definitiva. En teoría, la directiva quería que Xavi continuara en Barcelona, a pesar de que el entrenador había sido contundente a la hora de comunicar que terminaría su contrato a mitad de año y más aún luego de haber soportado la eliminación de la Champions League. Según medios españoles, se confirmó que dirigirá hasta el 2025 y Laporta lo hará oficial en estos días.
Lo que arrancó como una conversación entre el DT y Deco, director deportivo, esta tarde en la Ciudad deportiva de la institución, tomó un giro en la tarde de Barcelona. Ambos se dirigieron nada más y nada menos que a la casa de Joan Laporta, presidente del club, quien apostó desde un principio por la continuidad del ex mediocampista al mando del equipo. Pero, para agregar más incertidumbre a esta indecisión, también participaron de la conversación Rafa Yuste, vicedirector deportivo, y una persona de confianza del abogado Laporta, Alejandro Echeverría.
Tanto de un lado como del otro, existían pretensiones determinadas que, como en toda situación contractual, pueden discrepar. En este caso, Xavi debía explicar cuáles con sus motivos para finalizar su relación técnica con el club de sus amores al presidente, que también discutió desde su posición. Laporta puso sobre la mesa aquello que condiciona en la relación: no hay mucho fair play para fichajes, deberá aceptar cambios y se deberá poner en campaña para clasificar al equipo a a Supercopa.
En un principio, a pesar de que Laporta deseaba que se quede, este no iba a permitir que se le pongan condiciones y no tardaría en sacarlo del medio de la discusión. Pero, para darle un enfoque más razonable, todo se basaba en que para la próxima temporada Xavi no podrá disponer de buenos refuerzos por la situación económica del club, y este es uno de los asuntos que el catalán no quería aceptar.
Pero la junta parece dar el visto bueno y el contrato se cumplirá al pie de la letra porque se aceptaron todas las condiciones.
