Lamentablemente no tuvo el mejor de los finales la tarea de Mariano Werner en los "200 kilómetros de Buenos Aires". Junto a Néstor Girolami, no pudo más que redondear 32 de las 44 vueltas que se disputaron, a causa de inconvenientes con el motor.
El desarrollo de la Final tuvo a la lluvia como principal protagonista. Con Mariano en la butaca del 408 se inició la competencia, bajó un "Gálvez" que presentaba piso húmedo. Sin embargo, en la tercera vuelta comenzó el diluvio, lo que derivó en la parada del "León" en el giro 5, en busca de los neumáticos ancorizados.
Tras perder tiempo en el cambio, Mariano, que había largado 5°, retornó a pista en la 16ª ubicación. Con un trazado que se complicaba cada vez más con el correr de los giros, era vital no cometer errores, y así aprovechar los inconvenientes ajenos. Así, el entrerriano comenzó a subir en el clasificador, quedando en la 11ª ubicación cuando ingresó en la vuelta 24 el auto de seguridad, a causa de varios despistes en la bajada del Tobogán.
Allí, el coche n°0 presentó problemas en el sensor de temperatura del motor, que hizo poner al auto en "modo de emergencia", complicando definitivamente su tarea. De esta manera, si bien se logró hacer el cambio de pilotos, resultó prácticamente en vano, ya que a los ocho giros de haber realizado el cambio (vuelta 33) el "Bebu" debió abandonar.
Sobre la competencia, Marinano detalló que "pudimos hacer bien las dos primeras vueltas con piso seco. Al largarse a llover, pudimos superar a dos autos, pero en el cambio de neumáticos perdimos tiempo. Desde entonces empezamos a avanzar, y veníamos bien posicionados hasta que cundo ingresó el auto de seguridad se rompió un sensor de la temperatura del motor, y eso hizo que el auto se pusiera en modo de emergencia, lo que nos complicó todo. Una lástima porque estábamos para sumar".