Los fans de la Fórmula 1 se preparan para un acontecimiento extraordinario este sábado en Qatar: la posibilidad de que Max Verstappen asegure su tercer campeonato mundial. Esta situación es inusual para un deporte que tradicionalmente corona a sus campeones los domingos, pero no es inédita.
Leyendas como Nelson Piquet, Juan Manuel Fangio, Jack Brabham, Graham Hill y Keke Rosberg han asegurado títulos en sábados memorables.
En los '80, Piquet logró dos de sus títulos en días no convencionales. Su primer campeonato en 1981 fue asegurado en Las Vegas el 17 de octubre, un sábado. El segundo, en 1983, se selló en Kyalami, Sudáfrica, el 15 de octubre, también un sábado.
La saga de Piquet continuó en 1987, cuando su compañero de equipo, Nigel Mansell, sufrió un accidente que lo dejó fuera de competencia, asegurando así el campeonato para el brasileño.
Para Verstappen, el sábado en Qatar representa una oportunidad única para obtener los tres puntos que necesita para cerrar el campeonato. La carrera sprint de 100 kilómetros ofrece una fórmula intensa: ocho puntos para el ganador, uno para el octavo.
Si Verstappen, quien ya ha ganado dos de las tres sprints de esta temporada, termina sexto, su compañero de equipo, el mexicano Sergio Pérez, quedará fuera de la competencia matemáticamente.
El panorama de la Fórmula 1 está cambiando. El próximo año, tres Grandes Premios se celebrarán un sábado: Bahrein y Arabia Saudita, para acomodar el Ramadán, y Las Vegas, el 22º de las 24 rondas del campeonato. Además, habrá seis sprints en sábado.
En el pasado, las carreras se han celebrado en lunes y viernes, a veces para evitar conflictos de calendario o simplemente para atraer a un público más amplio en días festivos. Un ejemplo fue España en 1972, cuando la carrera en Jarama se disputó el lunes 1 de mayo.