Hace un año y medio, cuando regresó al club, dijo haber vuelto más preparado que nunca para el mundo Boca, pero es evidente que una vez más la histeria lo atropelló. Ya le duele todo el cuerpo como para soportar más embates. Carlos Tevez ya no siente igual y no se ocupa de andar disimulándolo. Mirar hacia atrás permite comprender el presente. Cuando llegó en junio de 2015 para ser el dueño de la entidad de la Ribera no hubiera dudado ni un segundo y habría descartado cualquier versión que pudiese alejarlo del club. Por entonces la Bombonera explotó con 40.000 almas y él les juró amor eterno. Aquel Apache se quedó con las llaves del club. El de hoy dejó el llavero a disposición. Algunos guiños permiten comprender por qué su horizonte no parece tener el azul y el amarillo.
Es el propio futbolista el que le puso más incertidumbre a la novela. Cuando lo consultaron acerca de su futuro en China eligió las evasivas y su argumento fue: "tengo la cabeza quemada". Es ridículo pensar que el casamiento con Vanesa Mansilla, su mujer desde hace 19 años, puede ser un motivo para no explicar si seguirá o no en el club donde dijo pensaba retirarse. Aunque quizá sería bueno comprender que el cansancio mental de Tevez sí puede tener que ver con su mujer. Ella quiere dejar la Argentina y alejarse de tanta locura mediática, de tanto acoso.
"Tengo mucho quilombo en la cabeza como para pensar si me voy o no a China. No quiero tomar decisiones apresuradas. También puedo dejar de jugar", dijo ayer. Reconoció el ídolo xeneize la oferta por 41.500.000 de euros por año que le acercó Shanghai Shenhua y no la sacó de su horizonte. El Tevez de hace seis meses, cuando fue tentado por el mismo equipo a cambio de 22.000.000 de euros por un año, salió públicamente a decir que no se iba.
Ahora todo es diferente. Incluso, el representante del Apache, Adrián Ruocco, se reunió la semana pasada con el presidente del club chino, Wu Xiaohui, en el hotel Faena y la charla no sólo habría avanzado en términos económicos, sino que el futbolista ya habría realizado algunos pedidos específicos. En principio, habría pedido tener cuatro casas, ya que su idea es que lo acompañen sus padres, sus hermanos y sus amigos a Shanghai. La respuesta del mandamás oriental no se habría demorado y hasta le aclaró a Ruocco que están dispuestos a estirarse a desembolsar unos 60.000.000 de euros por toda la operación.
Son varios los detalles que permiten creer que en marzo el N° 10 puede estar en China. Algunos aseguran que Wu Xiaohui ya se habría comunicado con el entrenador de su equipo, el uruguayo Gustavo Poyet, para explicarle que están muy avanzadas las negociaciones. Incluso, le explicó que volverá a juntarse con Ruocco, y posiblemente también con el futbolista, después del superclásico de pasado mañana ante River.
Son demasiados los detalles que permiten creer que lo que no se animó a decir ahora el Apache, se puede resolver en un par de días. Incluso, los que están cerca del futbolista aseguran que su mujer Vanesa se comunicó con la escuela de Vicente López a la que asisten sus tres hijos para avisar que no renovarán la matricula para 2017. Es más, algunas versiones indican que la hija mayor de la familia, Florencia, se despidió de sus compañeros y hasta les habría dicho que se iba a vivir a China.
Nada parece detenerlo a Tevez en esta cruzada. Sólo el afecto de los hinchas lo carga de incertidumbre y demora el tema: "El amor del hincha me hace estar acá. Pero llego a fin de año saturado y es momento de parar un poco. Ver qué es lo mejor para mi familia y para el club".
No es menor en toda esta historia cómo se siente Tevez dentro del club. Sin el incentivo de poder jugar la Libertadores 2017, todo se transformó más pesado para él. Además, lee muy bien el contexto y advierte que su mundo dentro del vestuario es bastante reducido. No tiene problemas con sus compañeros, pero no posee la ascendencia que muchos creían iba a tener. Lo miraron de reojo por aquel "descanso" post eliminación de la Copa tras la caída ante Independiente del Valle, y esos mismos lo evalúan como líder por no tener una postura más rígida ante actos de indisciplina del algunos integrantes del grupo. "No hay que ser vigilante, a cualquiera le pueda pasar", es la frase que habría usado Tevez para justificar algunos desajustes de Centurión y la supuesta exposición desmedida de los jugadores colombianos y algunos juveniles.
Además, la convivencia con el entrenador Guillermo Barros Schelotto despierta más incomodidad. Si bien el trato es cordial, íntimamente son muchos lo que se atreven a decir que en el último tiempo no hay demasiada simpatía entre los dos. Tampoco sería un problema para Daniel Angelici esta salida porque el efecto Tevez ya le sirvió para ganar las elecciones y -en este momento- no le cambiaría mucho la ecuación tenerlo.
El mundo Boca no detiene su marcha. No hay apellido que se resista a las presiones y a semejante vorágine. Y ahora parece que eyectará a Tevez a China.