Quedaban 12 minutos por jugar cuando Sergio Agüero acomodó la pelota en el punto penal. Un minuto antes, el árbitro había comprado la caída del Kun dentro del área y esa chance inmejorable podía hacer revivir al City en un partido totalmente desfavorable desde el juego. Fue ahí cuando Marc-André Ter Stegen recibió dos señales.
Un compañero diciéndole que se tirara para un palo y otro marcándole que se la jugara por el otro.
El arquero alemán se dejó llevar por su instinto y apostó por uno de esos consejos. "Rafinha me dijo que me tirara para un lado, Mascherano me indicó el otro. Al final es una decisión personal, pero decidí hacerle caso a Masche", contó.
Lo demás es historia conocida: Ter Stegen se tiró a su derecha y desvió el remate del Kun. Las imágenes, luego, se encargaron de mostrar el momento exacto en el que el volante argentino le marcaba al arquero la punta hacia donde iría el disparo del delantero del Manchester City.
"No es importante a quién tengas delante. Lo importante era atajarlo y decidí bien por suerte", comentó luego del partido. Segundos antes del remate de Agüero se vio cuando Pep Guardiola, ubicado en la platea, le anticipaba a su padre: "Lo para". Y sí, dicho y hecho. "Estoy feliz de haber ayudado al equipo a llegar a cuartos de final de la Champions. No es cómodo para mí estar en el banquillo. Siempre me gusta estar en el campo y disfrutar del fútbol, como pasó ante el City", contó. En España, en vistas de su rendimiento, algunos ya comienzan a preguntarse si no debería tener más minutos en el arco que el chileno Claudio Bravo.