Kolisi, nacido en Port Elizabeth y de 32 años, fue nombrado como el primer capitán negro en la historia de los Springboks en 2019 y debutó con un trofeo bajo el brazo debido a que guió a los Springboks a levantar la Copa del Mundo en el Mundial 2019 que se disputó en Japón.
Ahora, cuatro años más tarde, volvió a ratificar su condición de líder en un Sudáfrica que tuvo que pelear mucho para doblegar a los All Blacks en la final y quedarse con un nuevo título del mundo en tierras francesas.
"Las personas que no son de Sudáfrica no entienden lo mucho que significa para nuestro país. No se trata sólo del juego. Estamos agradecidos de estar acá y quiero agradecer al pueblo de Sudáfrica. Este equipo muestra lo que se puede lograr. Sin importar en qué ámbito, cuando trabajamos juntos, todo es posible", aseguró Kolisi sobre lo que significa ser campeón del mundo con los Springboks.
El capitán también analizó lo que fue el trámite del encuentro: "No hay forma de que pueda explicarlo. Quiero dar crédito a los All Blacks que nos llevaron hasta el final, nos pusieron en un lugar difícil y eso muestra qué tipo de equipo son. Lucharon con un hombre menos desde temprano en el partido y nos pusieron bajo mucha presión. Quiero darle crédito también a mis muchachos por la lucha. Estoy agradecido de que pudimos lograrlo".
Cabe destacar que en Sudáfrica por mucho tiempo regio el Apartheid, un sistema de segregación racial que era manejado por supremacistas blancos y que no dejaba que los jugadores negros fueran parte de los Springboks. Esta situación llevó a la Unión Sudáfrica a estar vetada de competir en partidos y competencias oficiales durante mucho tiempo.
Con la salida del Apartheid y la flexibilización del país los jugadores negros comenzaron a ser parte de la Selección. Un primer momento de unión llegó en 1995 cuando Nelson Mandela le entregó el trofeo William Webb Ellis al capitán François Pienaar y ahora el círculo se cerró con el legado que está dejando Siya Kolisi al frente de los Springboks. (NA)