La charla que mantuvo ayer Juan Román Riquelme, acompañado por el abogado de Boca, con Sebastián Villa y su representante no tuvo el efecto que esperaban en el Xeneize y este martes el atacante colombiano volvió a ausentarse de la práctica del plantel comandado por Miguel Ángel Russo, continuando con la presión para ser transferido, decisión unilateral que tomó el jueves pasado, cuando se fue del predio de Ezeiza para no regresar más.
Ayer, en horas de la tarde, Riquelme convocó a Villa y su agente para intimarlo a que retome sus obligaciones con el club y advertirlo de que si quería ser transferido necesitaba una oferta que colmara las expectativas de la dirigencia, algo que hasta el momento no pasó. Sin embargo, y tal como manifestó el jugador ante el Vicepresidente, la postura del colombiano de irse de Boca está firme y lo demostró este martes, cuando volvió a faltar a la práctica.
Así las cosas, en Boca se preparan para dar el próximo paso: una intimación legal en la que incluso, Boca podría pedir una indemnización por su cláusula de recisión, que desde febrero de este año (cuando Villa renovó hasta 2024) es ni más ni menos que de 40 millones de dólares, aunque en el Xeneize saben que eso es una locura.
Si bien en Boca buscan convencerlo por cualquier medio para que se reincorpore al plantel y puedan dejar atrás estos días turbulentos, Villa está convencido de su decisión y su representante trabajará para conseguir la mejor oferta posible y que el colombiano deje formalmente de ser parte del Xeneize para seguir su carrera en otra liga.
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