Logró saltar 5,30 tras dos intentos, después superó los 5,45 con dos oportunidades y terminó fallando en los 5,60. El mínimo para avanzar era 5,75 o estar entre los primeros 12, en caso de no alcanzar esa marca. "No estoy amargado, no estoy angustiado. Estoy molesto porque tomé malas decisiones. Al principio usé garrochas más cómodas, pero después, usé garrochas más duras para 5,60. Y esas garrochas necesitan que todo esté ajustado al máximo. Las medidas de la salida, la velocidad. Con esa garrocha, si no ajusto bien todos los detalles, no saltás bien. Y no salió.
Era la tercera vez en su carrera que el saltador competía en un Mundial de la IAFF , esta vez en Londres, escenario donde no pudo decir presente en los Juegos Olímpicos de 2012, hace cinco años. "En 2012 lo vi desde la tribuna, como hincha, y ahora lo disfruté desde adentro. Una pena cómo se dio. Pero hay Chiaraviglio para rato, eso sí. Me tienen que matar para sacarme de esto. Soy un agradecido y soy feliz con lo hago. Mientras tenga mi físico en condiciones voy a seguir", comentó el atleta de 30 años.
El objetivo de Chiaraviglio era consolidar tres temporadas en las que volvió a su máximo nivel: en 2015 fue finalista en el Mundial de Pekin, en 2016 llegó a la final en los Juegos Olímpicos de Río y el 23 de junio de este año se clasificó a Londres, al consagrarse campeón sudamericano en Asunción, con 5,60m, la marca que hoy no pudo superar.