Esta es la cuarta oportunidad en la que dos clubes de un mismo país se miden en el partido que define al mejor equipo de Europa, la segunda entre españoles, después de la que enfrentó a Sevilla y Barcelona en 2006.
Real Madrid, por nombres, parte como favorito, pero tiene en contra que la mayoría de sus figuras arrastra el cansancio por haber disputado el Mundial de Brasil y no esta en su mejor estado físico, tales los casos del campeón del Mundo, el alemán Toni Kroos, o el colombiano James Rodríguez.
Sevilla, en tanto, solo tuvo en la cita brasileña al delantero colombiano Carlos Bacca, goleador del equipo en la última temporada, quien jugó poco minutos en el equipo conducido por el argentino José Pekerman. El entrenador madrilista, el italiano Carlo Ancelotti, convocó al argentino Angel Di María, quien irá al banco de suplentes, mientras que alineará al delantero portugués Cristiano Ronaldo y al arquero Iker Casillas, ambos de una mala actuación en el Mundial. Una vez más estará ausente el volante Xabi Alonso, quien fue sancionado por ingresar al campo de juego para festejar con sus compañeros tras ganar la final de la Liga de Campeones, algo que no podía hacer por estar suspendido.
El entrenador Unai Emery alineará como titular a la dupla de zagueros argentinos compuesta por Federico Fazio y Nicolás Pareja, mientras que el arquero Mariano Barbosa, ex Banfield y River Plate, estará en el banco de relevos.
Sevilla presenta una gran efectividad en finales europeas al ganar cuatro de las cinco que disputó (tres de la Liga Europa y otra de la Supercopa de Europa). Tanto Real Madrid como Sevilla aspiran a conquistar su segunda Supercopa de Europa, en la que será la cuarta final continental del conjunto Merengue y la tercera para los Sevillanos.
El Madrid la ganó en 2002, tras vencer 3-1 a Feyenoord holandés, luego de haber perdido, en 1998, ante Chelsea inglés por 1-0 y, en el 2000, frente a Galatasaray turco por 2-1, en la prórroga, luego de haber igualado 1-1. Los sevillistas alzaron el trofeo en 2006 al derrotar por 3-0 a Barcelona, y perdió por 3-1 al año siguiente ante Milan italiano, que por entonces dirigía precisamente Ancelotti.