En el libro de sucesos históricos agradables que sobran a lo largo de la trayectoria de River, lo ocurrido el 6 de abril de 1986, en el marco de una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino ante Boca, ocupa un espacio de privilegio y realmente imposible de olvidar para los millones de hinchas del club. Aquella tarde, el equipo del Bambino Veira venció 2 a 0 a su eterno adversario con un doblete de Norberto Alonso y celebró el título con la vuelta olímpica en la mismísima Bombonera.
Nery Pumpido; Eduardo Saporiti, Oscar Ruggeri, Carlos Karabin, Alejandro Montenegro; Héctor Enrique, Américo Gallego, Roque Alfaro; Norberto Alonso; Luis Amuchástegui y Claudio Morresi fueron los once héroes que iniciaron el compromiso como titulares, aunque también participaron los ingresados Néstor Gorosito y Jorge Borelli. Más allá de la trascendencia del resultado y de la decisión de completar el giro al campo xeneize cuando las autoridades habían recomendado que no lo hicieran, el día quedó en la retina de todos por un detalle particular.
La famosa pelota naranja que Alfaro envió por los aires y Alonso mandó al fondo de la red con un certero cabezazo para abrir la cuenta del partido constituye la singularidad más recordada de un partido espectacular. Cuenta la leyenda que, en la antesala del encuentro, Hugo Gatti la había visto en una oficina de adidas y se la llevó. Debido a la lluvia de papelitos que caía en el recibimiento de los equipos y cubría el césped, le pidió utilizarla a Francisco Lamolina, el juez. Éste dio el visto bueno y más tarde se escribiría un acontecimiento sagrado para los riverplatenses.
Por su parte, el Xeneize alineó a: Hugo Gatti; Claudio Di Natale, Jorge Higuaín, Roberto Passucci, Enrique Hrabina; Milton Melgar, Julio Olarticoechea, Ángel Hoyos; Alfredo Graciani, Jorge Rinaldi y Carlos Tapia. El técnico era Mario Zanabria.
Tal fue el significativo de la cita en La Boca que los directivos acaban de lanzar, mediante la firma que provee de indumentaria a la institución, una camiseta alusiva a la fecha en cuestión. La prenda de color naranja, con una franja negra, ya se comercializa en la tienda oficial y será vestida por los jugadores del actual plantel en el partido del sábado ante Sarmiento de Junín, en el Monumental. Para el club, efectivamente, se transformó en un antes y después. Pasaron tres décadas y el orgullo sigue latente.