Arsenal y San Lorenzo empataron esta noche sin goles en el estadio Julio Humberto Grondona, del club de Sarandí, donde se produjo el debut del zaguero colombiano Mario Alberto Yepes en el conjunto visitante y se clausuró la undécima fecha del campeonato de primera división.
Los del Viaducto y los de Boedo son dos equipos futbolísticamente utilitarios, que no ofrecen derroches técnicos ni dependen de talentos especiales para desequilibrar a sus adversarios, sino que se apoyan en el juego colectivo y la táctica exponencial para inclinar los desarrollos hacia lo que pretenden.
El Ciclón tuvo hoy en cancha a dos jugadores distintos como Leandro Romagnoli y Pablo Barrientos, pero no están ambos en la plenitud física y eso influye en sus rendimientos futbolísticos.
Sin embargo su técnico, Edgardo Bauza, nunca hizo girar el juego de su equipo en torno a ellos, sino que apuntó especialmente al equilibrio y la presión, alta y baja, para ir demoliendo a su rival.
Lo de Arsenal, en tanto, pasa también por la dinámica, ya que aunque quisiera otra cosa Martín Palermo, no cuenta con un "Pipi" o un "Pitu" para descontextualizar al que tiene enfrente con la impronta de la habilidad y el buen pie.
Pero estas similares características de los dos hicieron que se anularan mutuamente, ya que los arcos les quedaron lejos y, por ende, las expectativas de victoria también.
Algo lógico, entonces, que compatibilicen posiciones en el campeonato, encabezando la segunda decena de la tabla con 14 unidades, nada menos que a 11 del líder River Plate al cabo de la misma cantidad de jornadas.
Claro que mientras Arsenal tiene en este certamen jugadas todas sus fichas y su único mérito hasta el momento es mantenerse invicto como local (por contrapartida no ganó como visitante), San Lorenzo tiene la cabeza puesta muy lejos del país, y del continente americano incluso.
Es que aunque no quieran admitirlo ni jugadores, ni cuerpo técnico, ni dirigentes, la mente de los azulgranas está instalada desde hace rato, más precisamente a partir de que se consagraron campeones de la Copa Libertadores, en Marruecos, en el Mundial de Clubes, y en una potencial y soñada final con Real Madrid.
Y esa ilusión se potenció esta semana con un sorteo presumiblemente favorable que le permitió aventar el riesgo de un cruce con Cruz Azul, de México, en semifinales de ese certamen, lo que podrá derivar entonces en una definición contra el equipo de Cristiano Ronaldo y compañía.
Y así como cuando se acerca un Mundial de selecciones los jugadores que van a participar del mismo se resguardan inconscientemente para llegar en plenitud a esa magna competencia, no es descartable que a los jugadores del Cuervo les esté pasando lo mismo.
Por eso es que Bauza insiste con que la merma evidenciada por sus dirigidos en los últimos tiempos no se originan en un tema físico, sino futbolístico.
Todo esto, en definitiva, contribuyó para que esta noche en Sarandí se viera un paupérrimo partido de fútbol, casi calcado de una etapa a la otra, donde juego, goles y emociones brillaron para ambos, pero por su ausencia.