El inicio del partido tuvo un protagonista excluyente: Tim Duncan. El pivote de los Spurs tuvo un arranque perfecto, no sólo haciéndose sentir en defensa, sino que sobre todo, transformándose en el faro de cada ataque de los Spurs y dominando a quizás el mejor defensor de la liga, DeAndre Jordan. Igual, los Clippers contestaron con triples de Chris Paul y JJ Redick, además de un par de apariciones de Blake Griffin para emparejar la cuestión.
Cuando parecía que el primer período terminaría en paridad, hubo un buen ingreso desde el banco de parte del francés Boris Diaw, con un par de anotaciones consecutivas. Además, los de Popovich subieron su intensidad defensiva y con tiros de tres puntos de Danny Green y Kawhi Leonard, fueron capaces de cerrar los primeros doce minutos con ventaja de 28 a 24.
A diferencia de lo que había sido su buen cierre del primer cuarto, San Antonio empezó el segundo seco y los Clippers lo aprovecharon. Paul empezó a generar problemas en la marca rival y de su mano, su equipo tomó ventaja de cuatro. El único que encontraba el aro en los texanos era Manu Ginóbili, de buena entrada desde el banco con un par de dobles más las faltas.
Luego de esa buena racha del bahiense, los Spurs disfrutaron de la aparición del italiano Marco Belinelli. El tirador primero anotó de tres y luego robó un balón para convertir inmediatamente una penetración, que le dio algo de separación a los de Popovich. Griffin seguía siendo un inconveniente sin solución para la defensa de San Antonio, pero Duncan tenía una noche para el recuerdo y con su liderazgo, pudieron llegar a los vestuarios adelante por 52 a 47.
Quizás el mejor momento de los campeones defensores en la noche se viera en el arranque del segundo tiempo, donde con otro tremendo rato de Duncan, pudieron tomar una diferencia máxima de diez unidades (57-47). Igual, la misma no duró demasiado y con triples de Paul y Matt Barnes, los dueños de casa se acercaron a apenas tres (59-56).
Tras esa reacción de Los Angeles, hubo un buen aporte de Leonard en la visita, pero el resto de sus compañeros estaba impreciso, fallando triples abiertos y los Clippers le sacaron provecho, pasando incluso a ganar por uno tras dos tiros libres de Redick. De todas formas, los Spurs lo cerraron mejor, con dos bombazos de un Patty Mills que comenzaba a evidenciar lo que sería una actuación fantástica de su parte, para ingresar al último período arriba por 77 a 74.
El cuarto parcial arrancó de la misma forma que el tercero: con los de Popovich tomando ventaja de diez, ahora con un triple de Green, otra conversión interna de Duncan y un golazo de Leonard humillando a Redick. Además, la defensa comenzaba a exponer cierto cansancio en las estrellas de Los Angeles y el marcador subió a 88 a 78.
Cuando todo indicaba que San Antonio estaba en control del partido, hubo un par de situaciones que cambiaron la historia. Primero, Redick comenzó a descontar con su buena mano para los triples y tiros libres, pero por otro lado, los Spurs se centraron demasiado en su clásica táctica de las faltas intencionales a DeAndre Jordan, perdiendo la fluidez que traían hasta ese momento.
Es cierto que el pivote falló bastante más de lo que metió en esos minutos, pero también lo es el hecho de que esto le permitió tomar un nuevo aire a Paul, Griffin y compañía, factor que fue decisivo para sus rendimientos defensivos. De repente, los Clippers le cerraron todos los caminos de ataque a unos desconcertados Spurs, quienes para colmo perdieron a Tony Parker (lesión) y Ginóbili (seis faltas) y el partido se empató en 90, con dos minutos por jugar.
Con un par de libres de Paul, los de Rivers se pusieron adelante por 94 a 92 con 50 segundos y luego de una pérdida de Belinelli, tenían la chance de definir el encuentro. La pelota fue lógicamente para Griffin, quien venía haciendo un partidazo, pero el ala pivote perdió increíblemente el balón y en la contra, Patty Mills fue cortado con falta, con apenas 7 segundos en el reloj.
El australiano encestó ambos, igualó en 94 y en la última posesión, Paul no pudo anotar el tiro ganador, mandando el choque a un tiempo extra. Los Clippers tenían la victoria en sus manos y literalmente se les escapó en aquella jugada de Griffin. Contra un rival como San Antonio, aún diezmado, esto es sumamente peligroso.
La prórroga mantuvo el drama y el gran nivel mostrado a lo largo de toda la noche angelina. Los Spurs golpearon primero con los ya heroícos aportes de Mills y Duncan, combinados con una bandeja de Leonard, para escaparse por 6 (107-101 con 50 segundos), pero Paul descontó con un triplazo y Redick tuvo el empate en sus manos. Teniendo en cuenta la cantidad de finales negativos que ha tenido San Antonio en el año, cualquiera hubiera esperado que el disparo en libertad de Redick hubiera encontrado la red, pero en su lugar encontró el aro y en el otro costado, Mills sentenció el triunfo por 111 a 107 desde la línea. Gran victoria, tanto desde lo anímico como desde lo estrictamente basquetbolístico, para unos Spurs que mostraron que están más vivos que nunca.
Tim Duncan fue la figura del ganador con 28 puntos y 11 rebotes en 44 minutos de juego, mientras que Kawhi Leonard lo acompañó con 23 y 9 rebotes. Igual de clave fue el aporte de Patty Mills desde el banco, terminando con 18 tantos en apenas 19 minutos. Por los Clippers, Blake Griffin finalizó con un triple-doble producto de sus 29 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias; Chris Paul acabó con 21 tantos, 8 tableros y 7 asistencias, mientras que DeAndre Jordan finalizó con 20 puntos y 15 rebotes.
Manu Ginóbili: 9 puntos, 2 rebotes, 3 asistencias, 6 faltas, 2 pérdidas, 1 tapa, 2-3 en dobles, 0-3 en triples y 5-6 en libres durante 22 minutos.