A comienzos de 1985 se dio una situación que parece impensada en los días que corren. Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca pasaron directamente de Boca a River mientras que Carlos Tapia y Julio Olarticoechea hicieron lo mismo pero en sentido contrario. Una de las consecuencias fue que los hinchas de Boca le prendieran fuego su casa al Cabezón, que no dejó pasar el hecho y fue a buscar al líder de la barra de Boca.
Todavía hoy le siguen recriminando a Ruggeri la decisión que tomó hace 35 años, pero al panelista de 90 Minutos no le tembló la voz a la hora de recordar cómo fue el pase de la polémica. En dicho programa sentenció: "Yo quería jugar en un equipo grande y River me abrió las puertas y estoy feliz de esa decisión. Estoy feliz de haber ido a River por todo lo que viví". Cuando el conductor del programa le dijo que él ya estaba jugando en un equipo grande, el Cabezón se rió y dijo "Boca no era grande cuando yo jugaba ahí. Era de lo peor que había. Estuve seis años ahí y sólo cobré una vez, cuando vino Maradona en el 81. Los dirigentes eran impresentables, íbamos a comer y no teníamos comida".
Ruggeri continuó remarcando las diferencias entre River y Boca y señaló: "En Boca no teníamos ropa, le tuvimos que pintar los números a unas camisetas blancas. Ahora, cuando entré a River parecía como que me hubiese ido a jugar a Europa, los jugadores cobrábamos, teníamos premios, nadie se quejaba". Sin dudas que 1986 fue el año más glorioso de su carrera y el Cabezón destacó lo siguiente: "Gracias a Dios me fui a River, me vinieron un montón de cosas, fui campeón del Mundo con la Selección y con River. Me dio la posibilidad de seguir avanzando en mi carrera. En Boca no podía".