Y un día volvió al estadio Monumental. Claro que lo hizo con otra camiseta y no con la que nació futbolísticamente, con la que fue campeón. Lo recibieron como un hijo de la casa. Por eso, por su amor por la banda roja, no lo gritó. Entró al área tras una pared con Bieler y la clavó ante la mirada de Barovero. Buonanotte bajó la cabeza y sólo caminó, como si estuviese en penitencia. Así, le daba el empate 1-1 a Quilmes ante River, en un segundo tiempo cambiante.
Finalmente, fue 2-2 entre el Millonario y el Cervecero. Pero ese zurdazo del Enano, quien además fue uno de los más destacados de la cancha junto a Braña, quedó como la maniobra del partido. El visitante fue un rival durísimo, firme en la marca y rápido para salir de contra. Cuando estuvo abajo, no se achicó y le hizo pagar al local ese apetito voraz. En los dos tantos, lo agarró mal parado. Y eso que el dueño de casa estuvo las dos veces arriba.
Teo Gutiérrez marcó el primero del cotejo a los 7 del complemento, luego de una pelota picada por Mayada, quien estaba levemente en posición adelantada. Parecía que River se adueñaba del partido, pero el Enano se inspiró, tiró una pared con Bieler y puso el 1-1 a los 23. El local contestó rápido a los 26: Ponzio la agarró de afuera y puso el 2-1 beneficiado por un desvío. Y a los 31, Chirola Romero sentenció el resultado final.
River no sólo se fue amargado por el empate, sino por la aparente lesión del Pity Martínez, quien ingresó en el segundo tiempo, trabó una pelota y sintió un dolor en la rodilla izquierda. Trató de volver al partido tras ser atendido, pero no pudo continuar. Rápidamente le pusieron hielo en la rodilla y se someterá a exámenes para saber cuál fue el inconveniente.