River venció por 1-0 al Sanfrecce Hiroshima en la semifinal del Mundial de Clubes y está en la final dle Mundial de Clubes a la espera del poderoso Barcelona o del ignoto Guangzhou de China.
En el primer tiempo, pese a tener mucho más la pelota, el equipo de Marcelo Gallardo la pasó decididamente mal. Porque careció de profundidad y de precisión de tres cuartos para adelante y porque enfrente tuvo un equipo tan práctico como consciente de sus limitaciones.
El Millonario no pudo hacer pesar su mayor jerarquía individual, Piscu no pudo ser la manija, Mora entró poco en juego y Sánchez no tuvo el brillo de otras noches.
Pese a ese panorama, en los primeros 25 minutos nada hacía presagiar lo que vendría después. De ahí hasta el descanso, fue tiempo para que los hinchas que no viajaron a Japón arranquen a juntar bronce para la estatua a Barovero. Es que Trapito tuvo tres tapadas brutales, de menor a mayor: un mano a mano exigido, un tiro combado desde dentro del área y un fusilamiento a seis metros de Minagawa que quedará para el recuerdo.
En el complemento River salió algo más decidido a imponer condiciones, pero siguió falto de ideas pese a que Mora casi rompe la paridad en el comienzo. Gallardo probó con Lucho y Tabaré Viudez por Ponzio y Pisculichi y a los 26, cuando pasa poco y nada, pasó lo más importante. El arquero local salió flojo a buscar un centro que le llegaba a Sánchez, la pelota derivó en Alario y el delantero volvió a ser héroe.
De ahí hasta el final los de Gallardo no volvieron a sufrir: manejaron la pelota con criterio y sacaron el oficio del campeón de América. El domingo, desde las 7.30 de la mañana, será la batalla final.