El adiós de Marcelo Gallardo tras ocho años y medio de gloria en River cayó como un baldazo de agua fría para todo el plantel y su cuerpo técnico. Uno de los más afectados por la decisión del Muñeco es Enzo Pérez, a tal punto que no tiene asegurado su futuro en el Millonario y podría irse en 2023.
En el predio de Ezeiza, repleto de caras largas, ven al volante mendocino más afuera que adentro. Si bien tiene contrato hasta diciembre del año próximo, difícilmente acepte el desafío de la reconstrucción del equipo con otro técnico.
Capitán y uno de los máximos emblemas de la era Gallardo -a tal punto que hasta se animó a ser arquero y héroe en una noche de Copa Libertadores-, Enzo podría disputar estos últimos partidos con la banda roja cruzada al pecho y luego marcharse por la puerta grande.
El fin del ciclo del histórico DT pesa a la hora de analizar su permanencia, aunque también la edad: tiene 35 años, las dolencias físicas son cada vez más recurrentes y, más allá del esfuerzo y su fuego competitivo, está sufriendo la exigencia de jugar -y ser titular- en uno de los clubes más importantes del país y Sudamérica.
Sabe que Estudiantes de La Plata lo recibiría con los brazos abiertos en UNO, pero River es el club de sus amores, por el que dejó su carrera en Europa, y pensará en frío la decisión adecuada: si continuar hasta el fin de su vínculo o irse de la mano del Muñeco.
Otro de los caudillos que tampoco definió su futuro es Jony, al que se le vence el contrato en un par de meses junto a Javier Pinola. El experimentado defensor sumó varios compromisos esta temporada, pero no es un titular indiscutido. A sus 37 años, cada vez más cerca del retiro, deberá resolver su futuro. La dirigencia de Jorge Brito espera novedades durante las próximas semanas.