Debutó de la mano de Carlos Salvador Bilardo en Boca. Fue el 11 de noviembre de 1996, de titular ante Unión en La Bombonera. A partir de ahí su carrera fue en ascenso. Y ganó todo y de todo con Boca. Títulos locales (Apertura 98, 00, 08 y 11, Clausura 99 y Copa Argentina 11/12). Títulos internacionales (Libertadores 00, 01 y 07; Intercontinental 00; Recopa Sudamericana 08). También obtuvo palmares con el Villarreal (dos Intertoto, 03 y 04). Con la Selección consiguió el Sudamericano Sub 20 en 1997, el Mundial Sub 20 ese mismo año, el Torneo Esperanza de Toulon Sub 21 en 1998 y el oro en los Juego Olímpicos en 2008. Un CRACK con mayúsculas.
Román quedará en la historia grande de fútbol argentino y, principalmente, será siempre el ídolo eterno del club del que sea hincha. Enemistado con la dirigencia actual, Riquelme tuvo tres ciclos con el Xeneize (1996/02, 2007 y 2008/14). Pasó por el Barcelona, donde se hizo muy amigo de Iniesta, y por el submarino amarillo, al que llevó a disputar por primera vez en su historia la Liga de Campeones, donde quedó eliminado en la semifinales tras dejar en el camino a equipos como el Manchester United, Benfica, Glasgow Rangers e Inter (en la vuelta de la semi Lehmann le atajó un penal a Román que podría haber sido la igualdad).
Mucho le ha dado Riquelme a los equipos que ha integrado y al fútbol mundial. La deuda le quedó con la Selección Argentina, con la que sólo disputó el Mundial 2006 con Pekerman y no ha obtenido títulos. Porque esa sensación que le hacía sentir que le estaba debiendo algo a Argentinos, club que lo formó en Inferiores, la saldó cuando volvió para jugar en la B Nacional y consiguió el ascenso a Primera. Ahí avisó que ya no seguiría en el Bicho pese a que aún tenía contrato. Pagó con el ascenso y adiós. Ahora fue el turno de anunciar el retiro, el adiós al fútbol. “Soy feliz”, aclaró. Y la pelota ya empieza a extrañar sus caricias.
